El anuncio de que Elisa Carrió analiza ser candidata a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no debe ser interpretado literalmente. Ella cree que puede ser la próxima presidenta de los argentinos y, más allá de sus reales posibilidades, está convencida de que lo logrará.
Para ello cuenta con algunos datos de la realidad. Varias encuestas indican que, por lo menos, tiene muchas posibilidades de ser la candidata presidencial más votada de la oposición: todavía hoy, después de casi un año de la potencial candidatura de Roberto Lavagna, Carrió sigue duplicando en intención de voto al ex ministro.
Pero también cuenta con una serie de situaciones a favor que imagina se irán sucediendo:
- Incorporar en su “coalición cívica” a los radicales no K que están en desacuerdo con la candidatura de Lavagna, como Margarita Stolbizer. Carrió siente que ella representa lo mejor del ideario de la UCR, partido del que proviene.
- También aspira a incorporar en su “coalición cívica” a los partidarios de Recrear que tampoco estén de acuerdo con una alianza del PRO y Macri con Lavagna. Su sueño máximo es sumar al propio López Murphy, con quien comparte los postulados republicanos que provienen de su origen común en el radicalismo. Hay quienes sostienen que si López Murphy lograra ser candidato a presidente por el PRO, sabiendo que su candidatura sería testimonial y sus chances de triunfo nulas, su plan sería declarar un mes antes de las elecciones que para facilitar la posibilidad de que un opositor acceda al balotaje declina su candidatura y recomenda a todos los partidarios del ¿PRO? “apoyar la candidatura presidencial de la doctora Carrió” (sic). Los seguidores de López Murphy también sostienen que el líder de Recrear “podría ser un gran jefe de Gabinete de Lilita presidente”
- Cuando Carrió dice que tiene “un as en manga” (ver reportaje en página 8) –además de Patricia Bulrich encabezando la lista de diputados y Enrique Olivera la de senadores– sueña con “el sí” de un candidato para Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires que sería un “tapado” que “sorprenderá a todos” y que, según Lilita, con su apoyo y haciendo campaña de su mano (como Kirchner pretende hacer con Filmus) podría superar a Telerman en primera vuelta, pelear el ballotage con Macri y, en ese contexto, ganarle porque todas las otras fuerzas se unirían, contra el líder del PRO como sucedió con Ibarra en 2003. Lilita no sólo cree que Macri podría perder en junio sino que después de una segunda derrota se retiraría de la política.
- Carrió tampoco descarta un terremoto en la candidatura de Lavagna si cuando se aproximen los comicios el ex ministro siguiera midiendo mal en las encuestas.
- Ella piensa que el candidato oficialista será Néstor Kirchner, pero su sueño sería un enfrentamiento cabeza a cabeza con Cristina.
- Y en la hipótesis de que todo lo anterior se diera y Carrió tuviera su ansiado ballotage con “un pingüino o una pingüina”, imagina que el humor de la sociedad hacia los Kirchner irá cambiando progresivamente. Entre los hechos con los que espera que los votantes modifiquen su opinión está el juicio por el asesinato de Raúl Espinosa, un ex empleado de Conarpesa, la pesquera que fue principal sostén de las anteriores campañas de Kirchner, a la que el matrimonio presidencial iba en cada botadura de sus barcos y cuya camiseta de su equipo de básquet llevaba la leyenda “Kirchner Presidente 2003”. Raúl Espinosa se fue de Conarpesa, abrió una pesquera competidora, denunció ante Carrió en enero de 2003, cuando la líder ARI fue de gira por el sur, irregularidades de Conarpesa, prometió llevarle a Buenos Aires pruebas de prácticas mafiosas que incluirían a Kirchner y a los diez días fue asesinado. La investigación de esa causa tuvo quince jueces que se fueron excusando y abandonándola por distintos motivos, y los dueños de Conarpesa estuvieron prófugos varios meses acusados de ser los autores intelectuales del asesinato. Carrió es la principal testigo de esa causa.
ENEMIGOS INTIMOS. La líder del ARI y el ex ministro de Kirchner no se pierden pisada. Ella no para de atacarlo. |
Por lo pronto, con su anuncio logró poner nervioso al Gobierno, que usó ayer dos ministros para embestirla. El ministro de Interior, Aníbal Fernández, dijo que la diputada “toma por estúpido al electorado”, reclamó “que se deje de travestir” y alardeó diciendo: “Es lógico que vayan quedando menos candidatos de la oposición para enfrentar a Kirchner” porque “yo tampoco me subiría al ring para enfretar a Tyson”. Y, como siempre más académico, el ministro de Educación, Daniel Filmus, se lamentó porque “la ciudad no es un lugar de segunda para que se presenten los que especulan que tienen pocas chances en los comicios generales de octubre”.
El que “no se comió el amague” y rápidamente entendió que Carrió no estaba lanzándose sino tratando de preparar el terreno para el lanzamiento de un candidato suyo fue Telerman, quien declaró que Carrió sería una candidata “estupenda, una figura de primer orden” que dotaría de “mayor nivel y calidad” al proceso electoral, y “una dirigente muy inteligente, que conoce muy bien la Ciudad”. No son precisamente las declaraciones de un adversario.
Macri, por su parte, manifestó su “sorpresa” pero, recompuesto, atinó a darle “la bienvenida” y a decir que “su aporte será muy valioso”. Tanto Macri como Telerman precisan del apoyo de Carrió para una eventual segunda vuelta.