El miércoles de esta semana la Oficina Nacional de Estadísticas de China informó los resultados de la revisión del crecimiento del PBI en 2007; y señaló que alcanzó 3,76 trillones de dólares, lo que implica un auge de 13% anual, a diferencia de la estimación previa de 11,9%.
Es la segunda revisión de la Oficina de Estadísticas: en abril del año pasado aumentó el PBI 2007 de 11,4% a 11,9%. La cifra de 13% implica la segunda mayor tasa de crecimiento desde 1993, cuando se expandió 13,5%. China se convirtió así en la tercera economía del mundo ese año, tras dejar atrás a Alemania, cuyo PBI alcanzó sólo 3,32 trillones de dólares.
La revisión de 2007 se debe a una nueva evaluación del sector servicios –en gran parte informal–, cuyo crecimiento parece haber alcanzado por primera vez en la historia china a la expansión de la economía industrial.
Por eso es probable que China haya dejado atrás a Alemania incluso antes de 2007; y aún con una revisión a la baja este año (el Banco Mundial las disminuyó de 9,8% a 7,5%), la República Popular superará a Japón en cuatro años –o quizá en tres– como la segunda economía del mundo.
PricewaterhouseCoopers (PwC) publicó este jueves un informe sobre las perspectivas de la economía mundial, con especial énfasis en los países emergentes, sobre todo China e India. PwC prevé que en seis años, más de la mitad del PBI mundial, medido en capacidad de compra doméstica (PPP), será obra de los países emergentes, que pasan del 43,7% (2007) a 50,5% (2014).
Dice PwC: “Mientras se proyecta que todas las economías avanzadas se contraerán en 2009, y se recuperarán sólo gradualmente a partir de entonces, se espera que las grandes economías emergentes –en especial China e India– experimentarán este año sólo una desaceleración, y no una contracción. Se prevé, asimismo, que las economías emergentes (que incluyen a los países “en vías de desarrollo”) mantendrán mejores perspectivas de mediano plazo que las economías avanzadas”.
Los próximos seis años mostrarían un giro estructural en el proceso de acumulación capitalista. “Las economías emergentes han sido consideradas desde 1991 fundamentalmente como centros de offshoring (reubicación de tramos en los procesos de negocios de alcance mundial) y de fabricación a bajo costo para las empresas transnacionales de las economías avanzadas.”
Hacia 2014, los países emergentes, encabezados por China e India, se transformarán en “mercados de destino por derecho propio”, según PwC; y crecerán, no tanto a través del boom exportador a los mercados del G-7 –como lo hicieron a partir de 1991–, sino mediante el impulso al consumo interno y a las economías domésticas.
China pasa del 10,8% del PBI mundial en 2007 a 14,7% en 2014; y deja atrás a los 12 países de la “eurozona”, que pasan al 13,9%, tras haber alcanzado 16,1% hace dos años.
Lo más notable son las previsiones que PwC realiza para China: creció 9,4% en 2008; caería este año a 6%; tendría una leve recuperación en 2010 (7%); y luego, entre 2011 y 2014, se expandiría a una tasa no inferior a 8,5% anual.
Lo paradójico del crecimiento chino es que mientras la economía se desacelera, aumenta el superávit comercial. El PBI tuvo una tendencia a la baja en 2008: creció 10,6% en el primer trimestre; 10,4% en el segundo; 9% en el tercero; y una cifra semejante en el cuarto. En el año, 9,4%.
En los últimos tres meses de 2008, las exportaciones se hundieron 13% (en dólares), debido a la recesión de sus dos principales mercados: Unión Europea y Estados Unidos, en ese orden. No obstante, el superávit comercial chino alcanzó un récord de 457 billones de dólares en 2008, con un crecimiento de 40% con respecto al año anterior. Ocurre que si las exportaciones disminuyeron 13% en el último trimestre de 2008, las importaciones cayeron mucho más, con un descenso de 21% en el año anterior.
China tiene reservas por 2 trillones de dólares al concluir 2008. Hay que sumarles 200 billones en “otros activos extranjeros”; 150 billones del “fondo soberano” (China Investment Corporation); y 150 billones en las carteras de los principales bancos comerciales del Estado. El total de sus activos extranjeros asciende a 2,5 trillones de dólares.
El resultado es que (cifras de agosto de 2008), China tiene activos norteamericanos –títulos del Tesoro, depósitos de corto plazo, papeles comerciales, bonos corporativos, equities– por un total de 1.525 billones de dólares; luego, 64% de sus activos externos son valores estadounidenses.
China financia este año 60% del déficit fiscal de Estados Unidos. Pareciera que entre los dos polos de la globalización, la integración es cada vez más profunda; y que, en sentido estricto, constituyen una sola economía.