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Conflictos por el acero proveniente de China

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El conflicto del acero subsidiado en México es el capítulo más reciente de una situación que se retrotrae a 2012, producida por dos situaciones en China: el excedente de producción de acero por parte de las acereras y un congelamiento de obras de infraestructura y construcción en ese país.
La decisión política de exportar el excedente se traduce en volcar al mundo aproximadamente 88 millones de toneladas, lo cual hace que la tonelada métrica de acero (US$ 412) cueste menos que una tonelada de repollo (US$ 575).
Sumado a ello, los gobiernos regionales chinos no desean detener la producción ya que dicha industria es una de las principales generadoras de empleo, lo que hace que prefieran mantenerlas produciendo financiadas por el tesoro chino, evitando tensiones sociales. Highsee Steel es un buen ejemplo: posee
10 mil empleados pagados por el gobierno local, además de sostener directa o indirectamente a 400 mil personas en la provincia de Wenxi y representar el 60% de la carga impositiva; dejarla caer implicaría un problema de política mayor, un potencial Tiananmen que el régimen no desea afrontar. Si bien China ha prometido disminuir la producción de acero a partir del año 2016, esto no parece posible por los costos internos que supone.
Inundando el mercado con acero subsidiado, ocasiona problemas con Estados Unidos, Europa y más recientemente con América Latina, donde México es una muestra más de un conflicto que puede extenderse al resto de la región, en tanto se espera una serie de grandes proyectos de infraestructura financiados por China, donde la prioridad la tendrán los proveedores chinos en detrimento de los proveedores de origen nacional.
Según Alacero y el Posco Research Institute de Corea del Sur, las exportaciones de acero chino se concentran en Corea del Sur (15,2%), el sudeste asiático (19%), la UE (16,2%) y América Latina (11,4%). Los acuerdos de libre comercio o asociaciones especiales le permitieron ir ganando mercados en todo el mundo, en detrimento de los productores locales. Esta situación ha llevado a que se incrementaran las presiones sobre los gobiernos que sufren dicha competencia para que se tomaran medidas antidumping o derechos compensatorios que protegieran las producciones locales. Hasta septiembre de 2014,
veinte países hicieron 91 denuncias: 62 fueron casos antidumping, 15 fueron sobre derechos compensatorios y 14, medidas de protección. América Latina tiene 27 resoluciones contra el acero chino y cuatro investigaciones en proceso. En México se estableció el 103% de derechos compensatorios para las importaciones chinas tratando de frenar esta situación.
El impacto en México es directo, acero chino más barato se traduce en 8 mil fuentes de trabajo menos junto con un congelamiento de inversiones en el corto plazo, ya que se hace cada vez más difícil operar en esas condiciones. A ello se suman problemas políticos, ya que Altos Hornos de México está solicitando al gobierno un tratamiento diferente al que reciben Arcelor Mittal y Ternium, siendo esta última la más duramente atacada, no sólo por acusaciones cruzadas sobre importación de acero de China sino también desde los sindicatos y la propia Cámara del Acero de México, con un perjuicio directo para Argentina.
China, ciertamente, no carece de aliados en ese país. La industria automotriz y la eléctrica consideran que un acero más caro encarece sus productos y pone en riesgo sus planes de inversión próximos. China favorece ese tipo de enfrentamiento.
Debemos saber que las exportaciones chinas se van a ir desplazando adonde no existan medidas de protección y además tengan planes de inversión de corto y mediano plazo. Perú y América Central aparecen en esta categoría en primer lugar, y Argentina los sigue. Las obras realizadas con dinero proveniente de China se harán con proveedores chinos, marginando o discriminando la producción local.

*Director del Programa de Estudios sobre China, Rusia y Cuba de Fundación UADE.