Lanzar un nuevo diario en papel, aunque sea dominical, como el caso de PERFIL Córdoba, puede sonar a locura en tiempos en los que la propia industria gráfica habla mal de sí misma y de sus chances de supervivencia digna. Ni hablar de los profetas apocalípticos que tienen intereses creados.
En este caso podría suscribir la locura. Salvo por el hecho de que Perfil, además, recarga su apuesta por los contenidos digitales y amplía sus horizontes en radio y televisión.
Entonces ya no se trata de una locura, sino de una estrategia planificada de ampliar la oferta de contenidos de interés para las audiencias ávidas de periodismo de calidad, honesto y crítico. Más allá de la plataforma en la que se ofrezcan esos contenidos. Pantallas y páginas se pueden potenciar mutuamente: no es “o” sino “y”.
Tras un sonoro fracaso en 1998, este diario resucitó en 2005 con una edición de domingo. El impacto llevó a ampliarlo a los sábados. El éxito de la experiencia no sólo es la periodicidad del fin de semana, donde se concentran lectores y anunciantes. También es fruto de ir de manera coherente contra la corriente de una demagogia mediática que gana fanáticos y pierde pensamiento crítico.
Con esos mismos principios, PERFIL Córdoba es ahora nuestro nuevo desafío. Habrá más.
*Editor responsable y jefe de Redacción de PERFIL.