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Encuentro

¿Cristina presa?

Vivimos en tiempos de impostura. Los conceptos y las realidades se licúan para armar espectáculos vacíos que no se pueden criticar porque está prohibido pensar, hay que aceptar que las cosas sean así.

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#mesaza. El comportamiento de Mirtha “fue inusualmente vulgar para el escenario”. | Presidencia
Jorge Fontevecchia desbarataba en uno de sus últimos artículos la idea de que las inversiones extranjeras llegarán cuando vaya presa Cristina Fernández. Además de estar de acuerdo con todo lo que dice, añadiría que si un empresario pone como condición para invertir que se violen los derechos humanos de cualquier persona, es mejor que no venga. Se deben respetar los derechos de Cristina Fernández, de Milagro Sala, de civiles y militares, de curas y feligreses. Los jueces deben juzgar en derecho y no por conveniencias políticas o económicas.

Vivimos en tiempos de impostura. Los conceptos y las realidades se licúan para armar espectáculos vacíos que no se pueden criticar porque está prohibido pensar, hay que aceptar que las cosas sean así. Jóvenes enmascarados, armados de garrotes, cortan las avenidas de Buenos Aires. Entrevistan en la televisión a uno de ellos, es claro que no sabe lo que está haciendo. Por su tono de voz se puede presumir que se encuentra bajo el efecto de la droga, pero no se lo puede criticar porque según algunos políticos ésta es la juventud heroica que salvará al continente. Hacen algo un poco malo pero, finalmente, los jóvenes son así.

La entrevista al joven se proyectó en Animales sueltos, uno de los programas más interesantes de la televisión argentina, en el que también pudimos ver una asamblea dirigida por el principal líder del paro docente. No estaba rodeado de sus alumnos, sino de dirigentes del gremio con los que discutía los objetivos de su movilización. Quieren hacer daño a la gobernadora de la Provincia, al presidente de la Nación. Al finalizar el acto cantaron entusiasmados “vamos a volver, vamos a volver”. Quieren voltear al Gobierno y que vuelva Cristina. No se los debe criticar, son dirigentes gremiales, y ellos son así. 

Cuando las dictaduras militares asolaban el continente, algunas mujeres valientes conquistaron la admiración del mundo. En la última década el dinero corrompió a algunas de ellas. Se convirtieron en CEOs de una de las constructoras más grande del país, de una universidad, y de otras empresas financiadas por el Estado. La más mediática se dedicó a denigrar a los opositores del gobierno K y en especial al actual presidente, de la manera más vulgar. Ahora amenazó con volar la Casa Rosada porque se encontró con un cartel que no le gustaba. Siempre se comporta así, pero está prohibido criticarla porque, total, ella es así.

En diciembre los ex funcionarios de Cristina Kirchner, tanto ortodoxos como renovados, se abrazaron, formaron un frente en contra del Gobierno a propósito de la ley sobre ganancias. El problema nunca les importó cuando estuvieron en los máximos puestos del Estado, y sobraban los recursos para afrontarlo, pero encontraron en esto un tema para ponerle el palo a la rueda del gobierno de Mauricio. Discutieron, hicieron espectáculo, dejaron ver que finalmente son lo mismo. Se desmoronaron en las encuestas, pero no es bueno criticarlos porque, total, ellos fueron siempre así.

Una conocida conductora de televisión fue invitada a cenar en la residencia presidencial. Es el símbolo de la buena educación del país. Su comportamiento fue inusualmente vulgar para el escenario. Al Presidente, que según toda la prensa internacional es el mejor evaluado de Occidente, le dijo que no sabe nada. El mandatario se reúne permanentemente con equipos del más alto nivel que analizan la realidad con herramientas sofisticadas, viaja por todo el país. No se sabe cuáles son las fuentes académicas de la conductora, y tampoco cómo es su vida entre los pobres de los que se considera vocera. Pregunta una cifra, como lo hacen todos los periodistas elementales del continente, para hacer quedar mal al mandatario. Hace en ese escenario anuncios comerciales, lo que al menos es de mal gusto y en otros países puede ser motivo de una denuncia judicial. Tampoco se la puede criticar. Total, ella es así.

Está llegando el momento de que nuevas generaciones más preparadas asuman el reto de cambiar el país. Estaría bueno que esto deje de ser así y podamos construir una sociedad mejor.

*Profesor de la GWU, miembro del Club Político Argentino.