“Es un placer darte la posta”, saludó Rafael Bielsa. “El placer es mío”, respondió Dante Caputo. Luego de que Bielsa iniciara su campaña electoral por la gobernación de Santa Fe –decisión que tanto para él como para PERFIL volvió incompatible su columna semanal en el Panorama Internacional de este diario–, los dos mejores cancilleres de la democracia argentina se sucederán en una posta de lujo. En esta charla, los jefes de la diplomacia que tuvieron la difícil tarea de reinsertar a la Argentina en el mundo –post dictadura y post default– analizan la compleja actualidad internacional y vislumbran las ventajas para nuestro país.
—¿El despertar del mundo árabe es una nueva caída del Muro de Berlín?
CAPUTO: Es una dimensión distinta. Desaparecía el mundo bipolar, el riesgo permanente del holocausto nuclear. Quedaba prácticamente desarmado el proyecto de socialismo real. No significa que lo que ocurre en el mundo árabe tenga impactos menores, pero no son comparables. Lo que pasa en el mundo árabe es la demostración de que en un sistema democrático el poder radica en el pueblo, pero no el poder abstracto sino uno para generar transformaciones concretas.
BIELSA: La extrapolación es un ejercicio de molicie intelectual. Los 90 no son el siglo XXI. Yo siento pasión por el detalle, y creo que no es lo mismo Marruecos que Libia, ni Egipto que Jordania. Aunque haya un panarabismo que permita el título del “mundo árabe”, hay diferencias extraordinariamente serias. Otro elemento es que los Estados Unidos, luego del hundimiento republicano y la crisis global, entró en un proceso de sinceramiento que va administrando como puede. Perdió influencia diplomática, política y económica global a expensas de esta multipolaridad que señalaba Dante.
—¿Es una buena noticia la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de intervenir en Libia?
C: Yo estoy bastante lejos de ser un realista, pero la realidad no tiene nada de romántico: es la correlación de fuerzas, marcada por las supremacías militares y los intereses de las potencias. ¿Cómo el perdonado Kadafi que se reintegraba al mundo occidental luego de explotar un avión comercial ahora es bombardeado? En Libia vemos un estricto movimiento de intereses, alianza de superpotencias.
B: Entre George W. Bush diciendo que ganó la batalla de Irak prematuramente, a esto que está pasando ahora, uno debe apoyar lo que ocurre. Pero tampoco me gustaría que la despegada de los aviones franceses termine con una catástrofe humanitaria. Y, sobre todo, debemos empezar a pensar seriamente cómo va a administrar Europa, sin caer en doble estándar, el éxodo humanitario de Africa.
—¿Qué se debe hacer con la energía atómica tras la crisis nuclear de Japón?
C: Los combustibles fósiles se acaban, así que debemos encontrar alternativas, y la tecnología atómica es una. Pero, ¿por qué una central en zona sísmica? La experiencia de Japón debe llevar a la AIEA a replantearse muchas cosas sobre la seguridad y el control en las plantas. Pero en ningún caso debemos abandonar la posibilidad de explotar la energía atómica.
B: El problema está en la transición del petróleo que se agota a nuevos modelos de energía, y el espanto en Japón nos obliga a repensar sobre lo que haremos con una planta nuclear.
—¿Qué significa para nuestro país que Obama no venga a la Argentina?
B: Estados Unidos no le ha prestado atención a Sudamérica. Esta visita pone de manifiesto que hay un jugador global e inevitable, Brasil, y que hay un jugador de concepto, Chile. No hay que hacer provincialismo ni leer la política exterior en términos parroquiales: Obama no viene a hacer turismo, es una visita política. Si yo fuera secretario de Estado, no sé si le hubiera aconsejado una gira diferente.
C: En la misma línea, agregaría que El Salvador no lleva adelante una política de acercamiento a Venezuela, y eso puede haberse querido destacar. La posibilidad de que las alianzas de Venezuela en la región se extiendan preocupa a Estados Unidos. Pero, más allá de Obama, a la Argentina le tiene que importar cómo ubicarse en el mundo.