COLUMNISTAS
In memoriam

Decir tantas cosas

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Tentada estuve de no escribir nada y pedir al diario que dejara en blanco el lugar para mi nota, en señal de ausencia y de duelo. Pero después lo pensé y me di cuenta de que fue una mina que merece algo más que el vacío, el espacio en blanco. Y aunque lo mío sea, no hay más remedio, convencional o meramente prescindible, creo que tengo que poner algo en palabras. Decir, por ejemplo, que yo la quise mucho. Decir que no fuimos amigas, no nos llamábamos por teléfono ni nos encontrábamos a tomar un café ni nos mandábamos mails o cartas, pero que yo la quería porque era una presencia, ¿desde cuándo?, desde hace tantos años que no puedo contabilizarlos. Decir que quizá el cariño empezó cuando nació mi hijo mayor y yo le canté y le conté cuentos o canciones de ella y con eso bastó para traerla a vivir con nosotros. Decir que no se trataba solamente de los escaques de malaquita de una tortuga en amores sino de todo lo de ella que me caía a las manos. Decir que los discos con sus canciones entraron en casa con mi segundo hijo y ella ya estaba cómodamente instalada bajo nuestro techo. Decir que cuando nació mi hija ya ella y sus hermanos podían tararear sus canciones y contar sus cuentos de Gulubú y que ella sonreía cuando los oía cantarlas y cantarle. Decir que desde entonces estuvo viviendo con nosotros y dándonos sus conciertos o propinándonos alguno de sus escritos batalladores. Decir que era una tipa difícil; que no era suave, simpática y dulce y sonriente sino que a veces y cuando cuadraba, era todo lo contrario. Decir que caramba, pero quién sabe si todo lo de ella no era al contrario de lo contrario, suave dulce simpático apacible grato manso, ¿cómo afirmar que no pero que sí o quizá que sí pero que no? Decir que finalmente qué nos importa si aquí lo fundamental es que nuestros nietos ya la tienen con ellos, en sus bibliotecas, en sus juegos los más chiquitos, en su recuerdo los más grandes. Decir que sabemos de seguro que no somos nosotros los únicos que la alojamos entre nosotros. Decir todo eso y mucho más, lo cual significa que el espacio en blanco no sirve para nada.