Desde hace 25 años Julio De Vido cobra un sueldo del Estado kirchnerista y, sin embargo, vive como un excéntrico magnate berlusconiano. No se priva de nada.
La chacra número 9 de Puerto Panal Farm Club es famosa por sus 39.500 metros cuadrados. Los vecinos de Lima-Zárate se quejan cuando el ministro baja del helicóptero que lo traslada desde la isla Demarchi y rompe el clima bucólico. Según su declaración jurada, ese paraíso que tiene hasta embarcaderos en la costa le costó en 2007 apenas 162 mil pesos, pero reconoce que se hicieron mejoras por más de un millón.
Figura a nombre de su esposa, Alessandra Minnicelli, y además de contar con lago propio, puentes, glorieta, cancha de fútbol y caballeriza, se convirtió en un sofisticado zoológico con tecnología de última generación. Un déjà-vu de la quinta de Olivos cuando la habitaba Menem. Animales criados desde bebés, como los faisanes, conviven con pavos reales, tucanes, papagayos. Tiene hasta un palomar inteligente que se maneja por computadora, al igual que el aire acondicionado que disfrutan cientos de canarios de raza que tienen una edificación en la que podrían vivir cómodamente un par de familias. Ni hablar de los bonsáis y los humidificadores inteligentes.
La sobriedad de don Julio en funciones se desvanece cuando llega en su camioneta Toyota Prado (también a nombre de su mujer) y se desenchufa. Es humanamente valioso que no se fije en gastos para cuidar a Chela, su madre enferma, que tiene 88 años. Lo lamentable es que el traslado de enfermeras y terapistas que rotan las 24 horas sea pagado por todos los argentinos. El Ministerio de Planificación tiene más de setenta autos a disposición. Algún fiscal tal vez quiera corroborar que en la calle Alsina al 1400 hay una empresa que presta esos servicios. Hay facturas truchas de autos que hacen 1.800 kilómetros por día.
¿Cuántas personas pueden manejar 18 horas seguidas a 100 km/h sin parar? Utilizar el Estado para pagar cuestiones personales es un delito muy común en el kirchnerismo. Sería interesante chequear en qué viaja a la chacra el adiestrador de los perros de De Vido. Otra vez: es propio de un alma sensible que cuide a sus cachorros en caniles cinco estrellas y que les quiera enseñar buenos modales, sobre todo a Boris, su manto negro preferido. Pero el adiestrador debería tomarse un remís a cargo de la familia De Vido. No se puede utilizar la movilidad del Gobierno hasta para llevar a los nietos y al resto de la familia. Ni al cura Soto, que bendijo su boda, o al protocolo del ministerio que la organizó y trasladó la orquesta sinfónica que los entretuvo. Hay un abuso que habla del nivel de impunidad.
A esta altura, De Vido es un exitoso arquitecto que fue cómplice de la construcción de la fortuna de dos exitosos abogados. Por eso, esta noche va a ser atendido por Jorge Lanata en su programa, en el que promete dar a conocer al “cajero del dinero K”. No hay que ser un gran detective para advertir esto. Tanto Elisa Carrió como la revista Noticias ya utilizaron hace años ese término para definirlo. Pero la bomba de fragmentación del Lázarogate abrió otras compuertas e iluminó nuevos mecanismos utilizados por la mafia patagónica.
En cualquier olla que se destape aparece don Julio. Conarpesa en la prehistoria con un crimen extraño incluido, Skanska, la embajada paralela de Venezuela y la valija de Antonini, el agujero negro energético, los siniestros ferroviarios que asesinan trabajadores como en Once, colapsos viales e hídricos que multiplican accidentes mortales en las rutas e inundaciones cruentas en las ciudades. La inmensa mayoría de las obras públicas tiene su firma. Tiró los centros para que Lázaro los cabeceara. Eso explica por qué los capitalistas amigos son los que más ganaron en la década ganada. En este tema, Mario das Neves sabe de qué habla. Fabiana Ríos y Sergio Acevedo saben por qué callan.
¿Es casual que el ministro que acusó a los jubilados de cacerolear para ir a Miami haya estado en esa ciudad en la lujosa mansión de Carlos Molinari, el empleador de Fariña que integró la lista 678 junto a Ishii? ¿O era un homónimo, como el que tiene una sociedad inscripta en esas playas norteamericanas junto a Hernán J. López Bravo, que también vive en Zárate? Un fiscal podría averiguar. ¿Por qué motivo estuvo De Vido en 2006 en Panamá y fue recibido por el embajador Jorge Arguindegui, abrepuertas del desarrollador de sociedades fantasmas Fabián Rossi, esposo de Iliana Calabró?
Es cierto que Ricardo Jaime solía “puentear” a De Vido y acudir directamente a Néstor. Al igual que Claudio Uberti, que lo primero que hizo fue llamar a Olivos cuando se descubrió la valija repleta de dólares negros bolivarianos de Antonini. Pero no es conveniente soltarle la mano a gente del palo. Saben demasiado y podrían prender el ventilador. Uberti merodea el planeta De Vido, donde le tiran algún hueso. Y Jaime se reunió la semana pasada con los abogados de los Cirigliano en Alicia Moreau de Justo 1180, en Puerto Madero. Es la sede de Fonres, la consultora que preside Minnicelli y cuya secretaria cobra el sueldo en Planificación. Otra vez el Estado al servicio del bolsillo privado. La tapa de la revista de esa entidad, en su edición de enero, anuncia un reportaje con Verónica Lozano. La conductora es esposa de Jorge “el Corcho” Rodríguez, con quien Facundo De Vido, el hijo pródigo, comparte la pasión por la música y las Harley-Davidson.
Hay motos, lujos, hoteles, placeres y edificios como Madero Center, más propios de millonarios que de militantes revolucionarios. Marta Cascales, pareja de Guillermo Moreno, ya no es socia de Alessandra. Nunca explicó el motivo de la ruptura. Moreno dejó de frecuentar a don Julio. Dicen que Moreno no roba para la corona y que no quiere quedar pegado ni con José María Olazagasti, la mano dura y derecha del Estado mayor devidista.
El astuto consultor Artemio López acunó un neologismo que es un arma de destrucción masiva: “Ladriprogresistas”. En su momento, lo utilizó contra Aníbal Ibarra y su gobierno. Hoy es casi un traje a medida para calificar la década K.