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carrio y sarlo

Dos mujeres

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Hace pocos días, Beatriz Sarlo publicó en La Nación un artículo titulado “La conquista de las capas medias” en las que alude al éxito que el Gobierno está teniendo en esa clase social gracias a medidas como el aliento del consumo o la ley de matrimonio igualitario. Aunque Sarlo no es una amiga de la casa, su nota provoca en Artepolítica –el más concurrido de los sitios kirchneristas de la web– comentarios como el siguiente: “Esta nota es tre-men-da. Es el mejor elogio del kirchnerismo que escucho hace rato”.
Sarlo no es precisamente popular en el campo intelectual K, pero cuando al referirse a los métodos de presión del Ejecutivo sobre los senadores escribe “eso también es una forma de la voluntad política, cuando el Ejecutivo se pone por encima de la ley para lograr una ley”, se la felicita como a alguien que, por fin, ha comprendido que los Kirchner son buenos discípulos del filósofo político Carl Schmitt y que ese es el camino del progresismo contemporáneo. Hay en la nota suficientes elementos como para que quienes quieren conciliar ideología y pragmatismo se sientan respaldados por Sarlo.
En la misma semana, la Coalición Cívica provocó la ruptura con sus socios del Acuerdo Cívico y Social, especialmente los que responden a Hermes Binner y a Margarita Stolbizer. A diferencia de Sarlo, Carrió no recibirá nunca una palabra de elogio de los kirchneristas, que la detestan como a ninguno de sus colegas opositores. La razón es sencilla: Carrió cree que el Gobierno representa un grado de corrupción, autoritarismo e injusticia social incompatibles con cualquier elogio de su eficacia metodológica o apreciación matizada de su gestión. Carrió es la verdadera bestia negra de los militantes K, la figura con la que la conciliación es imposible a diferencia de Menem, Magnetto, Solanas o hasta el mismo Macri. Sin embargo, el fondo de lo que dice Sarlo no está del todo lejos de lo que sostiene Carrió. Que esa convergencia no sea comprendida ni siquiera por sus protagonistas es uno de los graves problemas que tenemos los opositores.

*Periodista y escritor.