“Cómo instalar un candidato en cincuenta días”. Parece el título de una película, pero no. Aquí no hay ficción. “¿Hadalio? ¿Hádila?”. Si bien hasta hace poco eran los chistes sobre cómo se pronunciaba el apellido de Fernando Haddad, lo cierto es que “el profesor” logró en poco tiempo que su nombre resultara familiar en todo Brasil.
Quienes defienden a Haddad resaltan que representa el legado de Lula, el presidente que disminuyó drásticamente la pobreza extrema en el país. Quienes lo critican aseguran que lleva en sus hombros el peso de los casos de corrupción que empañan al PT.
Descendiente de libaneses, graduado en Filosofía, Política y Economía y afiliado al PT desde 1983, Haddad enfrentará el domingo el mayor desafío de su carrera política.
Fernando creció en el barrio de Planalto Paulista. Al terminar los estudios secundarios, ingresó en la Facultad de Derecho, de la Universidad de San Pablo. Mientras estudiaba, trabajó con su padre en su comercio al por mayor de tejidos.
Durante su tercer año en la facultad, inició su militancia política en el Partido Comunista Brasileño. En 1988, con 25 años de edad, se casó con la dentista Ana Estela Haddad, tras dos años de noviazgo. En 1992 nació el primer hijo, Frederico, y en 2000, su hija Ana Carolina. Antes, realizó un máster en economía desde 1990 y se recibió de doctor en Filosofía.
En su vida profesional, fue consultor y trabajó en el municipio de San Pablo; fue asesor especial del Ministerio de Planificación y además profesor en el departamento de política de la USP.
Fue ministro de Educación de Brasil, de julio de 2005 hasta enero de 2012, cuando renunció para postularse en las elecciones de 2012 como alcalde de San Pablo, resultando elegido en la segunda vuelta con más del 55,94% de los votos válidos. Impulsó diversas políticas inclusivas para los sectores más necesitados. Tras no lograr la reelección, regresó a la universidad, mientras la crisis del PT aumentaba con el caso Lava Jato.
Carrera presidencial. En 2018, fue elegido candidato a la vicepresidencia de la república en la lista de Luiz Inácio Lula da Silva de cara a las presidenciales de octubre. Tras la inhabilitación de Lula para participar en las elecciones, pasó a ser cabeza de lista del PT con Manuela d’Avila, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), como candidata a vicepresidenta.
Antes de la primera vuelta, Haddad apelaba constantemente a “los valores de Lula”. Sin embargo, después de la derrota sufrida el 7 de octubre, su discurso cambió. Con menos referencias a su “padrino” político, el académico paulista decidió encarar la segunda vuelta mostrándose como “la encarnación de los valores de la democracia ante un rival que dio varias señales de autoritarismo”. En la última semana, describió a Bolsonaro como a un “soldadito de mentira” y se quejó en repetidas ocasiones de su ausencia en los debates.
Hasta hace tan solo dos meses, era un político y académico respetado, pero muy poco conocido fuera de San Pablo, su ciudad. Sin embargo, mañana puede ser elegido presidente de Brasil por el Partido de los Trabajadores (PT).