COLUMNISTAS
CUARENTENA VS. ANTICUARENTENA

El arte de la pelea

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Cómo nos gusta pelear a los argentinos.

El Boca-River pasó de ser un superclásico precioso y apasionante a un evento aburridísimo donde no se pueden reunir dos hinchadas en una misma cancha, porque pueden volar por los aires piedras, piñas o balas.

En el mundo de la política padecimos y padecemos de peleas interminables, conservadores vs. radicales, peronistas vs. antiperonistas, kirchneristas vs. macristas, o más kirchrneristas vs. menos kirchneristas.

Los que pretenden la legalización del aborto y los que repudian el aborto en cualquiera de sus variantes no pueden sostener un diálogo por más de treinta segundos. Y los provacunas con los antivacunas pueden llegar a lamentar muchísimo haberse conocido.

Hoy tenemos otro motivo para pelear: defender o no defender la cuarentena en el marco de una pandemia. Y mientras nos peleamos, no sabemos bien por qué peleamos, pero lo importante es pelear.

Como en toda riña descarnada, existen los aburridos “grises”, aquellos que ocupan esos caminos del centro, que se muestran tan indefinidos, que no forman parte de esta contienda tan estimulante y excitante; y así los deslucidos no suelen ser escuchados, no suelen ser tomados en cuenta, hasta que en algún momento deciden ingresar en alguna de las dos categorías que monopolizan nuestras vidas aguerridas.

Así, en Argentina, en el marco de una pandemia mundial, nacieron entre marzo y abril de 2020 los cuarentenistas vs. los anticuarentenistas.

Los cuarentenistas consideran que nuestros gobernantes nos están cuidando, que nos están protegiendo de un virus silencioso, que no nos encuentra si no lo salimos a buscar, y que hay que quedarse en casa a como dé lugar. Y el que no coincide con esta máxima es un irresponsable, un suicida o un gorila. Por su parte, los anticuarentenistas consideran que el virus es un cuento chino, que no nos va a dañar más que cualquier otra gripe o infección ya conocida, que tenemos que salir de nuestras casas a como dé lugar, y que el que no coincide con esta máxima es un fabulista, es pro Venezuela y quiere que el comunismo se apodere de la nación argentina.

En naciones más templadas, donde las riñas no son parte de la vida diaria, tal vez se puede asimilar que existen personas que pretenden salir de este encierro severo, y que al mismo tiempo aceptan la necesidad de un ordenado aislamiento social, de cuidados sanitarios exhaustivos para que no colapse nuestro sistema de salud, pero que simplemente entienden que este encierro no debe ser total, ineficiente y eterno. En este tipo de naciones, tal vez se puede asimilar que proteger nuestra salud no debería ir a contramano de proteger nuestra economía, porque si ambas no coexisten en una suerte de sintonía fina, las sociedades se descomponen.

Tal vez sea el encierro, o la ideologización extrema, que nos perturba los pensamientos, o ese afán de pelear por deporte que tenemos los argentinos. O tal vez aquellos que nos representan, oficialistas y opositores, se empeñan en que sigamos discutiendo si “quedarnos en casa” o “salir de casa”, mientras ellos no trabajan sobre el control de la proliferación del coronavirus en las zonas más vulnerables, y no trabajaron por años, generando que hoy nuestro sistema de salud sea terriblemente precario, como para hacer frente a una crisis sanitaria. Porque nos gobernaron los unos y los otros, en todos los niveles de gobierno, nacional, provincial y local.

Tal vez sea tiempo de que nuestros representantes trabajen y de que los ciudadanos dejemos de pelear.

*Politóloga y profesora (UBA).