El lector Alberto Rodríguez pega duro sobre el tratamiento de los datos de la encuesta publicada por PERFIL una semana antes de las PASO porteñas, en base a la investigación realizada por la consultora González y Valladares, con la que este diario tiene un acuerdo estratégico en la materia. Buenas razones tiene el señor Rodríguez –cuya carta completa fue incluida en la página anterior– para sentirse defraudado por esa consulta sociológica, cuyos resultados fueron a contramano de lo que ocurriría siete días después.
En la edición de ayer, Federico González –director de González y Valladares– hizo un amplio mea culpa, aceptando lo erróneo de las predicciones de su sondeo. En su explicación, indica que hubo en el desarrollo de su investigación elementos que planteaban ciertas contradicciones entre lo que habían recogido sus compulsas telefónicas y lo que sugerían otros indicadores en entrevistas presenciales, en relación con la interna del PRO. Un exceso de confianza en el método telefónico llevó a GyV a sostener que Gabriela Michetti mantenía su ventaja sobre Horacio Rodríguez Larreta (pese a la movida de Mauricio Macri al apoyar a éste mediante un cuasi úkase), e indicaba otros datos también erróneos para el resto de las fuerzas políticas participantes. En su descargo final, González señala: “Ciertamente, podríamos haber replicado el cotejo entre ambas metodologías, que acaso nos habría permitido corregir el error; pero el tiempo ya se había agotado”. Una explicación poco satisfactoria, a mi juicio. Si había márgenes de duda tan amplios, ese estudio no debió ser publicado, o debió estar acompañado por una edición periodística menos terminante. Y aquí me quiero centrar: que una consultora cometa errores está dentro del cálculo probabilístico; muchas veces ocurre.
La publicación de resultados de encuestas expone al medio y a quienes lo conducen a una caminata por el delgado límite entre lo probable y lo incierto. Está en los editores y sus decisiones manejar cifras, datos comparativos, porcentajes, con una cuidadosa elección de las palabras. Hay cierta tendencia a titular “Gana fulano” como si ello fuera un aserto inconmovible, cuando en verdad es simplemente un falible análisis sociológico. El propio González reconoce lo lábil de cualquier estudio de mercado previo a un proceso electoral: “El tiempo se había agotado”. Tan simple como eso. Casi como reconocerse parte de una de las leyes de Murphy. Creo conveniente que PERFIL revise su protocolo de abordaje periodístico para las encuestas futuras y disponga una más rigurosa aplicación de normas mejor alineadas con lo que en las últimas décadas se viene definiendo como “periodismo de precisión”. El mismo que ha modificado, para bien, reglas de estilo de algunos de los principales medios del mundo, a partir del marco teórico abierto por Philip Meyer (profesor emérito y titular de la cátedra Knight de Periodismo, premio Nieman Fellow y columnista del periódico norteamericano USA Today) y continuado por José Luis Dader García (Universidad Complutense de Madrid).
Sin quitarle responsabilidad a González y Valladares por su fiasco porteño, quiero recordar que es la misma consultora que fue destacada por su precisión casi quirúrgica al acertar los resultados de las legislativas de 2013.
Hay algo de azar, de ruleta, en esto de las encuestas.
Federales y unitarios. Ante la queja del lector Juan Arce (véase página anterior) por la no inclusión de Gerardo Martino entre los directores técnicos exitosos, atribuyendo a PERFIL un localismo porteño exagerado, recurrí al editor de Deportes, Guido Glait.
Su respuesta: “Es cierto aquello de que es mucho más difícil el reconocimiento para aquellos que nacen fuera de Buenos Aires, y comparto que es una injusticia. Encuentro una explicación periodística: los clubes más grandes del país son de esta ciudad, y al no ser PERFIL un diario rosarino, el peso informativo que se le da al interior suele relativizarse, a veces más de lo conveniente. Aun así, hay sobradas muestras de que tratamos de sobreponernos a esta costumbre.
“Cuando asumió Martino en el Barcelona, de hecho, el mismo periodista que hizo la nota sobre los técnicos que usted hace referencia viajó a Rosario a hacer un reportaje con el grupo de amigos con el que el DT tomaba café, en el bar Pan y Manteca.
“Y tenemos en el archivo numerosas notas sobre la federalización del fútbol y sobre los jugadores del interior como Dybala, Di María, Scocco y Messi, entre otros. Con respecto a la ausencia de Martino en la lista de ídolos que triunfaron como técnicos, tanto yo como el autor de la nota, Claudio Gómez, coincidimos en que fue una mala pasada.
“A veces, estas notas se elaboran más desde la memoria que desde lo estadístico. Y fallamos”, explica Glait.