COLUMNISTAS

El blog es cultura

Los trogloditas de la cultura, esos que proclaman la inviabilidad de los blogs, harían bien en darse una vuelta por Los trabajos prácticos, que hace dos semanas inició su segunda época en www.bonk.com.ar/tp. Detrás de tp está Huili Raffo, responsable del sofisticado diseño del sitio y de la utópica y atípica propuesta que anima el “estilo tp”, una mezcla de iconografía infantil con libertad de pensamiento y de frivolidad en el tono con una elevada ambición intelectual.

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Los trogloditas de la cultura, esos que proclaman la inviabilidad de los blogs, harían bien en darse una vuelta por Los trabajos prácticos, que hace dos semanas inició su segunda época en www.bonk.com.ar/tp. Detrás de tp está Huili Raffo, responsable del sofisticado diseño del sitio y de la utópica y atípica propuesta que anima el “estilo tp”, una mezcla de iconografía infantil con libertad de pensamiento y de frivolidad en el tono con una elevada ambición intelectual. Detrás del proyecto hay un intensivo uso de la tecnología y de la capacidad artística de Raffo, que es capaz de dibujar, escribir, filmar, hacer música y de potenciar e integrar esos talentos en la computadora.

De algún modo, tp es un sitio moderno, incluso en el mal sentido: por momentos da la impresión de ser un club privado en la Web, un espacio muy techno, muy cool, muy refractario a los intrusos y demasiado autoconsciente de su refinamiento y su exclusividad. Contra las prácticas habituales, tp no admite comentarios y el papel de los lectores está reducido a ejercer la admiración o el rencor a la distancia. Hasta se percibe en el blog el incomparable deleite que produce dejar afuera a los extraños.

Aunque esa orgullosa noción de pertenencia sugiere uniformidad, ésta se termina reduciendo a una cuestión vagamente generacional. De hecho, el sitio se pensó de entrada como el punto de encuentro entre expresiones individuales diversas y pensamientos políticos encontrados. En particular, durante la primera etapa –que se extendió entre 2004 y 2006– Raffo intentó que coexisiteran en tp el kirchnerismo y el antikirchnerismo. No lo logró: entre el sociólogo K Ernesto Semán y quien esto escribe no parecía existir la posibilidad de compartir un mismo lugar. La incorporación posterior de Tomás Abraham resultó también fuente de conflictos internos, a tal punto que el proyecto se desactivó durante casi dos años.

Pero ahora ha vuelto, acaso más firme y más cohesionado en su propuesta de ofrecer un ensayo al día para el que se turnan sus (por el momento) cuatro redactores: Raffo, Hernán Iglesias Illia, Santiago Llach y Esteban Schmidt. Por lo publicado durante la primera semana, no parece haber entre ellos ninguna amalgama ideológica sino apenas una común intención de combinar la bitácora con la reflexión. En esos primeros intentos, cierto narcisismo acompaña el tanteo del terreno y la pregunta sobre los límites de la pluralidad y la convivencia.

Porque, en el fondo, la pregunta del millón es ¿cómo vivir juntos? Cómo se hace para habitar la cultura de un país en el que hay cada vez menos debate, donde las posiciones son cada vez más irreconciliables y las descalificaciones cada vez más frecuentes, donde se apoya al Gobierno en nombre de una revolución invisible y se lo ataca desde lo más siniestro de nuestro pasado.

Raffo vive desde hace muchos años en el exterior y se rehúsa a creer que ciertos antagonismos se hayan vuelto irreversibles. Desde un progresismo genérico, afirma que todavía hay capacidad para un diálogo racional y un futuro en común. Más aún, supone que hay una vida individual más allá de los avatares de la política y sobre ella edifica la utopía de su proyecto. Al final de su primer video para los nuevos tp, entre paseos por los parques londinenses y fragmentos de animación, Raffo dialoga con Roberto Gargarella, un filósofo del Derecho que se caracteriza por su finísimo ejercicio de la tolerancia. Gargarella comenta que en la Web se encuentran expresiones que provienen del más recalcitrante fascismo vernáculo. Raffo, siempre en busca del equilibrio, le pregunta si el progresismo K y el anti K no pueden acordar un repudio común a esos sectores. Gargarella responde que el acuerdo, en todo caso, sería muy frágil y que no está muy seguro de poder ser parte de él. Sobre esa cuerda floja cabalga la ilusión de Los trabajos prácticos.