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El camino a recorrer

Caída la dictadura militar ejecutora del genocidio, siguió la impunidad, planificada y aplicada por quienes querían silenciar sus propias responsabilidades históricas.

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Caída la dictadura militar ejecutora del genocidio, siguió la impunidad, planificada y aplicada por quienes querían silenciar sus propias responsabilidades históricas. Primero se intentó que los asesinos se juzgaran a sí mismos, y luego se resolvió juzgar sólo a los nueve miembros de las tres juntas. Cuando se alzaron los carapintadas, Raúl Alfonsín decidió punto final y obediencia debida. Después, Carlos Menem indultó a genocidas, a procesados y a los pocos condenados. La lucha por los derechos humanos, enfrentó esos intentos. Desde mi banca de diputada nacional, exigimos la nulidad de las leyes de impunidad. Esa nulidad no la pelearon los Kirchner, que en dictadura no firmaron ningún recurso de hábeas corpus, y que en democracia no fueron a ninguna marcha ni presentaron ningún proyecto legislativo para lograrla, aunque s e la autoadjudiquen desvergonzadamente. La conquistó nuestro pueblo.Como hija y hermana de quienes dieron la vida enfrentando a la dictadura, sé que anular las leyes de impunidad fue una victoria importante. Logramos reabrir causas y avanzar con algunas condenas. Pero Julio López sigue desaparecido en democracia. Por eso, juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices es una lucha del presente. Pero democracia no es sólo derecho al voto, o lentos avances contra la impunidad. En su Carta abierta a la Junta Militar, mi padre, Rodolfo Walsh, denunciaba “una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”. La lucha contra la miseria que castiga a millones de argentinos –cara oculta de una impunidad mayor– es el camino a recorrer desde el sentido colectivo de la palabra democracia.


*Legisladora por Nueva Izquierda.