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El hilo de la mentira

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Señores pasajeros de este bondi a ninguna parte, buenas tardes. Soy, como la mayoría de ustedes, un “busca” que se sube casi siempre a trenes equivocados. Pero hoy, directamente de Grecia, la fábrica que inventó la democracia, que ahora está de liquidación, les traigo a precio de saldo el mejor invento de los dioses, el antídoto ideal contra la mordida de las serpientes políticas.
El hilo de Ariadna se comercializa en Argentina como El Hilo de la Mentira para no pagar derechos de propiedad intelectual y ofrecer un producto al alcance del corazón sensible de la dama que intenta comprender y ayudar y del puño cerrado del caballero, que quiere enfrentarse ya a la bestia.

Porque de eso se trata, señores pasajeros, de cómo entrar al laberinto de 2013, llegar hasta 2015, enfrentar las versiones monstruosas del peronismo y salir vivo. Si me permiten abusar de su tiempo, les recuerdo que este producto está basado en sucesos mitológicos que revelaron el coraje de Teseo, el hijo del rey de Atenas, y la inteligencia de Ariadna, hija del rey de Creta.

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Se las hago corta. Avergonzado y temeroso por episodios anteriores que no vienen al caso, Minos, el rey de Creta, hizo construir un enorme laberinto en el que encerró al Minotauro, bicho terrible y feo, mezcla de Débora Giorgi y Timerman, que le chupaba la sangre a la gente. Vayan tomando nota, señores pasajeros. El laberinto que te atrapa y una bestia con poderes extraordinarios a la que, si no se le ofrecen sacrificios humanos, sale y te destruye todo.
Ariadna, enamorada, caliente con Teseo, le dio un ovillo y le dijo: después que te enfrentes a la bestia, seguí el hilo que desovillaste al entrar y vas a volver a la salida. Y resultó nomás. Teseo mató al Minotauro y regresó ganador, ancho y gordo como Lilita Carrió después de ser entrevistada por Morales Solá y Mariano Grondona a dúo.

Parecía una boludez, pero el hilito funcionó y se convirtió en una fábula ejemplar. Y en un producto, señores pasajeros, importado por la sociedad argentino-griega Teseo el Asiento para vender exclusivamente en bondis y trenes. Observen cómo funciona, miren bien, presten atención. Se toma la cajita, se saca El Hilo de la Mentira y se lo enrolla a una de las muñecas de su mano, dejando sólo un extremo colgando. Y eso es todo.

Una vez instalado el hilo, una voz interior le dirá: “El sistema de detección ha sido activado, ya no te cabe una”. A partir de ese momento, lo único que el usuario debe hacer es ir anudando los versos, las mentiras y las sanatas que escuche o lea. Hagamos la prueba con alguna que sepamos todos. A ver... Señora, sí, usted, por favor, ¿nota que aumentaron los precios? ¿Sí? Bien. Coincidimos entonces en que Guillermo Moreno, Lorenzino y el Indec mienten con el índice de inflación. De acuerdo, entonces tomamos el extremo del Hilo de la Mentira y hacemos un nudito. Usted, caballero, ¿le cree a Boudou, a Lázaro Báez? ¿No? Bien, dos nuditos más. ¿A quienes ya traicionaron a todos, como los Fernández, Aníbal y Alberto? ¿No? Bien, otro par de nuditos. ¿A los cómplices de la dictadura como el sindicalista Gerardo Martínez? ¿No? Otro nudito. ¿A los que se hacen los boludos o ahora se “olvidan” de su pasado: Scioli, Moyano, Massa? ¿No? Bien, tres nuditos más.

El hilo con sus nuditos, conectado en red a la memoria, no falla nunca. Si tienen dudas o suena una alarma, si, por ejemplo, habla Agustín Rossi, o Diana Conti, o Martín Sabbatella, miran, tocan los nuditos, recuerdan, insultan, descargan la bronca y le dicen a quien corresponda: “No te creo nada, mentiste antes, mentís ahora, ustedes no quieren ‘democratizar’, quieren ‘controlar’, no te creo más”.

Y por si esto fuera poco, damas y caballeros, a modo de promoción y sin costo adicional, entrego la versión líquida del hilo. Con una gotita del producto en los oídos o en la ropa se quitan las manchas y el olor de tanta mierda. El ácido crítico disuelve los textos confusos de intelectuales de ocasión, obliga a pensar por sí mismos a los que se atreven y, de paso, desinfecta de mensajes tóxicos los caños del cerebro y las conexiones pluviales de los oídos para que desagüe la inundación de periodismo basura.

Quién más, quién más... sigo entregando, ya va... tranquilos, hay Hilo de la Mentira para todos... ya va... ya llega...

*Periodista, coordinador de AM 1110 - La Once Diez, FM 92.7, La 2x4” y canal Ciudad Abierta, medios públicos de la Ciudad.