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Defensora de Género

El imaginario colectivo y el género en la vida cotidiana

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Publicidad. Buscaba fomentar el consumo de cerveza de las mujeres, pero promovía la violencia de género. | cedoc

El imaginario colectivo expresa los valores culturales de una sociedad o grupo y muestra cómo los cambios son lentos y deben ser estimulados con campañas y monitoreo permanente. Las leyes no alcanzan, pero son fundamentales. En PERFIL del sábado y el domingo pasados hubo varios ejemplos de esto. Valli, en 50/50, comenta la publicidad de una cerveza para favorecer el consumo de las mujeres, que fue desastrosa. Desde la concepción hasta la aceptación, todes les involucrades en la producción se equivocaron, pero no se dieron cuenta hasta que llegaron las críticas.

En épocas donde la crítica a la violencia contra la mujer está presente permanentemente en nuestra vida, en que se rechaza con fuerza la discriminación y donde se reitera la necesidad del consentimiento de las personas, la pieza marketinera ignora todo esto.

Plantea una situación de discriminación de mujeres a quienes no les gusta la cerveza, cómo son “obligadas” a tomarla a través de un “bautismo birrero” que practica un varón. Bautismo que es una violencia clarísima: taparle la boca con una lata y sumergirla en el mar y sacarle la cabeza con ella “mostrando una sonrisa”. Es una franca y engañosa incitación a la violencia contra las mujeres por parte de los varones, aceptada y promovida por el grupo, incluidas las mujeres. La muestra de que esto le causa placer a la que la experimenta, porque sonríe, completa la trampa.

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Terrible, a quién se le ocurre plantear esto que es justamente como justifica el patriarcado la violencia de género, hoy después de los años de lucha del Ni Una Menos. Pareciera que quienes participaron en esta producción viven en otro país. Es una evidencia de que el imaginario colectivo no cambió, y se expresa sin filtros. Por eso es tan grave y peligroso. Pero es modificable, debe trabajarse para eso. Necesitamos un Estado que haga monitoreo permanente y sancione, porque el Estado es el garante de derechos.

Las agencias de publicidad para ayudar a “vender un producto” se basan en los valores de la sociedad que conocen bien, no en cambiar sus valores. Esto no los exime de la responsabilidad. Si hubiera mecanismos de control estatales que actúen y sancionen, seguramente promoverían cambios de valores. Estos mecanismos aún no existen, deben crearse.

Algo similar se ve en el cierre del balneario privado en Mar del Plata que negó la entrada a una pareja gay. Aparte de la discusión de si eran invitados o no de un socio, lo grave son los motivos que aluden para echarlos: “es un balneario familiar” y “su comportamiento era impropio”. Esto revela el imaginario popular: la familia es una pareja heterosexual y ese es el “comportamiento propio”, o adecuado a esa imagen de familia.

La demostración en contra de grupos artísticos vinculados a la comunidad LGBTQI+, así como las denuncias realizadas en la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad y en el Inadi, basadas en la legislación vigente, permitió la sanción. Una forma de que el personal del club entienda el alcance de sus conductas y las cambie.

Al lado de esto, en el festival de teatro en CABA la inclusión de obras como Mis besos. Lavadero artesanal son ejemplo de una apertura muy buena para que ese grupo de mujeres trans expliquen sus vivencias desde la adolescencia y lo hagan trabajando en un lavadero artesanal de autos, donde la mayoría de los clientes son hombres. Excelente nota de Fernández Escudero el domingo en Sociedad.

Por último, en Política el sábado, la nota sobre tres casos de candidatas mujeres electas para diputadas nacionales o provinciales, que están luchando en la Justicia para acceder a sus cargos ante renuncia de los titulares. Aún, a pesar de la ley de paridad, la Justicia debe intervenir, y no siempre lo hace bien.

Desde hace años, las mujeres lideran protestas en muchos países. Ahora en la India, como expresa la nota en Internacionales. ¿Cómo se explica esto? ¿Qué pasa que a pesar de la fuerza de movilidad las mujeres no logran perforar el cerco de los partidos políticos y estar en las listas a la par? Esto es algo que hay que superar, volcándose las mujeres como grupos unidos a la militancia dentro de los partidos políticos para romper este cerco. Es algo que las feministas debemos considerar y elaborar estrategias para hacerlo en grupo, no aisladas, y superando los personalismos que caracterizan la participación política. Algo para revisar y cambiar pronto.