—La idea, entonces, es hacer un spot para lanzar tu imagen, ¿estás de acuerdo? –me pregunta Carla, mi asesora de imagen.
—Sí, claro –respondo–. Pero lleno de famosos, como el de Mariano Recalde.
Termino de atarme las zapatillas, ya tengo el jogging puesto. Estoy en mi productora y en unos minutos voy a salir a correr con Matías, mi personal trainer.
—Si vas a grabar un spot, más vale que esta vez corras un poco más que tres cuadras –dice Matías–. Tenés que bajar la panza, parecés Fernando Espinoza y vas camino a ser Samid.—No está mal, ahora que vuelve el peronismo –dice Carla.
—Hace tiempo que está el peronismo –me enojo.
—Sí, pero yo hablo del peronismo de verdad, de Julián Domínguez recordándole a Aníbal Fernández la huida dentro del baúl. ¿Cuánto hace que una interna peronista no tenía tanta sangre?
—Me gusta Julián Domínguez –dice Matías–. Es nuestro George Clooney.
—Un poquito más Opus Dei, pero sí, ponele –dice Carla.
—¿Vos decís que es chupacirios? –pregunto.
—No, tonto, ése es Insaurralde –agrega Matías.
—Bueno, basta, volvamos a tu spot “lleno de famosos” –interrumpe Carla–. Ya me confirmaron Pablo Echarri, Tití Fernández, Susana Trimarco, Paola Barrientos, y tengo que llamar a Axel Kicillof.
—Al bombonazo lo llamo yo –interrumpe ahora Matías–. ¿Cómo me ves? ¿Estoy bien así o tengo que bajar algún kilito?
—Estás muy bien –contesta Carla–. Más lindo que Flavio Mendoza cuando fue a recibir el premio como personalidad destacada de la Cultura porteña.
—En esa lista de famosos falta Vicky Xipolitakis
–respondo.
—No, pará: dijimos gente que haya aparecido en el spot de Recalde…
—Por eso. ¿O pilotear un avión de Austral no es parte del spot de Recalde?
—No, creo que no. Aunque quién sabe. Además, a Xipolitakis le podrían hacer un lugar en el Carta Abierta de Scioli.
—¿Tanto pensás que van a cambiar los integrantes de Carta Abierta?
—Más o menos. En realidad va a ser igual que el Carta Abierta de Cristina, pero con Lucía Galán.
—Tengo que escribir mi columna para PERFIL del domingo. Necesito data caliente.
—Stolbizer eligió a Olaviaga como vice –me interrumpe Matías.
—Uy, esa información es calentísima –dice Carla–. Hablá sobre eso y vas a sumar miles de “me gusta”.
—¿Olaviaga? ¿El tuitero? –pregunto.
—¡Obvio! –responde Matías. ¿Hay otro?
—No, bestia –dice Carla–. Es un dirigente de no sé qué y de no sé dónde, creo que de Córdoba.
—No lo conoce nadie. ¿Por qué lo eligió?
—Me parece que porque fue el único que aceptó.
—Debería haber probado con alguien más mediático, a quien todo el oficialismo odie, que haya sido vapuleado por el kirchnerismo –sugiero.
—Claro –dice Carla–. Pero Randazzo tampoco aceptó.
—El otro día vi 6,7,8. Está cambiando el perfil.
—Sí, lo invitaron a Scioli –cuenta Carla–. Entró como un agente de la corpo, representante de los fondos buitre y amigo de la opo, y salió como un kirchnerista leal, fiel representante del ideario nacional y popular de Néstor y Cristina.
—Por ser su primera visita, no está mal.
—Para nada. Calculan que en su segunda visita va a salir como un luchador de los derechos humanos que denunció los crímenes de la dictadura.
—Sería justo –dice Matías–. Gracias a las denuncias de Scioli le dieron de baja a Milani. Lástima que Hebe de Bonafini perdió a su general.
Y encima, Barreda sigue preso
—Pobre Hebe: primero perdió a Schoklender y ahora a Milani –me lamento–. No le queda nadie.
—Y encima, Barreda sigue preso –agrega Carla–. Hablando de derechos humanos, creo que hoy está más vigente que nunca la consigna “aparición con vida”. Pero aparición con vida de Sergio Massa.
—Che, pará. Massa no está tan mal: al menos consiguió candidato a vice.
—¿Y quién es? –pregunta Matías.
—Un desconocido –responde Carla–. Un poco menos desconocido que el de Stolbizer, pero que no tiene nombre de tuitero.
—Bueno, tampoco es para despreciar. No me acuerdo el nombre, pero el tipo es intendente de Salta. Es un ganador.
—Es cierto, le ganó la elección a Walter Wayar –dice Carla–. Mientras tanto, el PRO sigue sumando. Suma globos, suma hashtags… sólo le faltan votos y propuestas.
–Ojo que dicen que van a mantener a Galuccio en YPF…
—Qué bien. Yo pensé que iban a poner a Del Sel.
—O al radical ignoto que acompaña a María Eugenia Vidal en la Provincia –agrega Matías que hace un rato está elongando. Creo que se aburre y quiere salir ya mismo e ir a correr al parque.
—Bueno, será un radical ignoto, pero al menos hace política en la Provincia…
—Lo que pasa es que buscaron a alguien del PRO de la Provincia y no encontraron a nadie –responde Carla, quien hace un rato está mirando un spot de un candidato demócrata de Michigan en su iPad.
—Para mi columna debería chequear el nombre real del radical ignoto de Vidal, del vice de Massa y del vice de Stolbizer…
—Mmm… no sé, da igual –dice Carla, que ahora mira en su iPad el rap de Pablo Iglesias, el candidato de Podemos en España.
—Guarda que Massa puede perder hasta en su feudo –advierte Matías.
—¿En Tigre? ¿Por qué?
—Porque se presenta Sergio Szpolski por el Frente para la Victoria –responde Matías, quien ahora se tiró en el piso de la productora y se prepara para ponerse a hacer abdominales sobre el parquet.
—Y en su primera declaración dijo: “Massa comió decenas de veces en mi casa con Boudou” –agrega Carla.
—Qué problema –digo–. No me queda claro si eso es malo o es bueno.
—¿Para quién? –pregunta Matías, las manos en la nuca, mientras sube y baja el torso.
—Eso es lo que no me queda claro: si eso habla mal de Massa, de Szpolski o de Boudou –respondo–. Aunque sí me queda claro que no habla bien de nadie.
–Mientras tanto, en Capital, el PRO y el FpV le están haciendo campaña sucia a Lousteau –digo.
—¿Qué le hicieron ahora? –pregunta Carla–. ¿Le pusieron el logo de Manaos sobre la manzanita de su iPad?
—No, algo peor: empapelaron la Ciudad con afiches donde aparece al lado de Carrió –digo.
—Pero esos afiches los pegó él –me explica Carla.
—¿O sea que no fue campaña sucia sino autoflagelación? –pregunto–. Bueno, basta Mati, vamos a correr.
—¿Por qué, qué pasó? –pregunta Matías–. ¿Ya tenés el material para tu columna?
—No, pero no importa –respondo–. Da igual. Cada vez entiendo menos la política de este país.