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Es posible relanzar el modelo

El reciente cambio del titular de Economía puede dar pie al relanzamiento del modelo competitivo productivo, el que ahora sufre cierta impasse. El anterior ministro, con una tónica más bien inercial de la gestión, no generó una iniciativa integral. Incluso, días atrás, pareció defender la inaceptable tesis del enfriamiento económico como vía deliberada de freno inflacionario.

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El reciente cambio del titular de Economía puede dar pie al relanzamiento del modelo competitivo productivo, el que ahora sufre cierta impasse. El anterior ministro, con una tónica más bien inercial de la gestión, no generó una iniciativa integral. Incluso, días atrás, pareció defender la inaceptable tesis del enfriamiento económico como vía deliberada de freno inflacionario.
Aquel impasse se vinculó bastante con las esquirlas del conflicto con el campo y con la incidencia del complejo fenómeno inflacionario en danza, que la propia tónica inercial facilitó en parte. En definitiva, se ha visto, por ejemplo, alguna desaceleración industrial, se sospecha algo similar en determinadas economías provinciales, existen algunas decisiones de los agentes que parecerían titubear algo. Son datos aislados, pero, en esencia, el gran objetivo del momento, sería el de lograr que dicho impasse no arraigue en la economía; que apenas sea un “ave de paso”.   
En verdad, los aspectos mencionados –retos al fin- tienden a determinar la agenda a encarar con rapidez y contundencia. Por un lado, es crucial que, pese a lo arduo que pinta, el diálogo relativo al frente agropecuario no se rompa. Las secuelas de una ruptura podrían ser  variadas y serias. Por lo demás, el agro no es todo el valor, pero es la base de valor para un proceso de desarrollo.
Más en general, el tema urgente es el encauzamiento de la cuestión inflacionaria, sobre todo, de un juego de expectativas de tono alcista, a veces “adobado” con intención ideológica. Sin asumir fuerte esa cuestión, es de temer que la inflación deje de ser neutral en la faz productiva. A la vez, el paquete que cuadra al respecto, para retomar la iniciativa política con alto voltaje, exige vigor e integralidad, cuidando de no agraviar dicho esfuerzo.
Creemos que la apelación a un esquema de metas de inflación pro modelo –objetivos de inflación a los que se compromete el gobierno-, bianuales y descendentes,  con claras y acordes políticas de respaldo en materia de rigurosa disciplina fiscal, reordenamiento de subsidios, “desagio de valores” en algunos contratos a término con expectativas de precios exageradas, horizonte salarial congruente y acuerdos de precios que coronen este edificio, es el más indicado para cumplir los requisitos del caso. Asumido bien lo urgente, podremos dedicarnos más seriamente a reafirmar la pauta de tipo de cambio competitivo, que luce disminuida. Con estos criterios, el relanzamiento tiene buenas chances.