COLUMNISTAS

Estructura del saqueo

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Dice la teoría estructuralista que de todo texto, de toda secuencia de acontecimientos, de toda formulación ideológica es posible caracterizar los ejes de su núcleo central, para mejor conocer el objeto en estudio.

Quiero formular algunas reflexiones intentando penetrar el tema del saqueo, de los recientes saqueos en casi todo el país, del “clima de saqueo” que vivimos en diciembre. Y comienzo por analizar los niveles o grados del fenómeno.

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Saquear es apoderarse violentamente o con argucia de ciertas cosas, bienes, objetos, dinero, empresas. Porque el saqueo es una forma de  robo, y es posible robar elementos muy diversos y de formas variadas.

No debemos limitarnos al saqueo que hemos visto, estamos viviendo en estos días: a supermercados, negocios variados, de ropa, electrodomésticos, telefonía celular etc.

En los mismos días en que leemos estas noticias y vemos sus imágenes por televisión, se nos informa que la familia Ciccone denuncia que el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou quiso saquearles la empresa familiar, apoderándose –mediante maniobras posibles desde el poder— del 70 % de su propiedad. De la empresa que es vital para la impresión de los billetes de la moneda nacional.

Y en los mismos diarios que informan todo lo anterior, se nos notifica que el gobierno, vía una justicia sometida al poder, cuestiona y pretende impedir que un fiscal –el Dr. José María Campagnoli-- investigue a fondo los negocios del empresario Lázaro Báez, estrechamente vinculado con la familia Kirchner. Y también en estos días el ex gobernador Mario Das Neves relata por TV que una licitación de su provincia fue pasada por el presidente Kirchner al ámbito de Vialidad Nacional para ser adjudicada a Lázaro Báez.

Saquear, dice Gili Gaya en su diccionario, es “apoderarse de todo o de la mayor parte de aquello de que se habla”  (o trata).

Hubo saqueos en diversos barrios de veinte provincias y, aun sabiendo que los procesos judiciales son lentos y sujetos a tramoyas, podemos pensar que el vicepresidente intentó saquear una empresa importante, y que el saqueo que realizó (y tal vez realiza) Lázaro Báez apoderándose de licitaciones de obra pública quiere ser ocultado por el poder. Y debemos pensar que es porque tapa saqueos de dinero que se realizan en el mayor nivel del gobierno del país.

Este recorrido nos muestra que el saqueo tiene una estructura que opera en todos los ámbitos sociales, y no nos sorprende entonces que algo que se considera permitido siempre que se cuente con impunidad, aparezca cuando hay ausencia policial en los barrios, o fuerza suficiente de parte de los invasores para doblegar a comerciantes, chinos o tucumanos, poco importa. El término saqueo/saquear es de origen italiano y vinculado con soldados en guerra que actúan con violencia. 

Y no me parece inadecuado hablar del saqueo que se les ha realizado a los agentes policiales pagándoles salarios sencillamente ridículos. Tan es así, que las recomposiciones han alcanzado pasar a casi el doble de lo que se les pagaba antes de sus protestas. Reclamos e indisciplinas que son condenables, pero que para entender tenemos que considerar también en su aspecto económico. No hace falta adherir a la teoría de la plusvalía para saber que a los agentes policiales se les saqueaba parte del salario que en justicia les correspondía.

He insistido en esta misma columna acerca de la decadencia de nuestro país, salido de una dictadura terrible, de la guerra perdida, del fracaso gubernamental reiterado de un partido centenario, y del engaño y la traición que se entronizaron en nombre del peronismo. Con la foto de Perón y Evita, pero sin su doctrina, y sin responder a las necesidades de los más desprotegidos. No con remiendos sino con trabajo y dignidad.

Es necesario repensar el país y su democracia, apelando a la fuerza de la Argentina latente en potencialidad, porque así vamos mal.
 

*Crítico literario y ensayista.