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doble estandar

Fiscal en el lodo

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La supuesta heroicidad del fiscal Alberto Nisman recibe otro baño de lodo. Así lo refleja la revelación de PERFIL respecto a que las autoridades de Estados Unidos confirman la existencia de cuentas sin declarar con depositantes muy sospechosos bajo el control del ex jefe de la UFI-Amia.

A esta altura no debería sorprender este nuevo hallazgo. No es el primero desde que hace siete meses apareció muerto en su baño de Puerto Madero. Y acaso no sea el último ejemplo de la hipócrita viscosidad con la que se movía el investigador del principal atentado terrorista de la historia argentina. Habrá más.

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Obviamente, esta información volverá a ser explotada por el Gobierno y sus adláteres políticos y mediáticos, que nunca pierden la oportunidad de denostar al fiscal que pretendió ir contra la Presidenta, aunque sin respaldo legal. La ofensiva contra Nisman la lideran los mismos que lo cobijaron y alentaron todos estos estropicios que ahora los escandalizan. El doble estándar no es patrimonio exclusivo del fallecido funcionario judicial.

Hablando de múltiples morales, también será interesante seguir con atención si el furioso antikirchnerismo partidario, tribunalicio y periodístico mantiene la invisibilización de estos manchones de su pretendido prócer. Si rectificara, tendría que bajarlo del pedestal. Mejor es enfocar a si fue o no espiado, si alguien accedió a su computadora en forma remota y cosas por el estilo.

Tampoco tenemos que asombrarnos, más bien todo lo anterior lo explica, con el hecho de que aún no se sabe cómo murió Nisman. Sólo su familia, empezando por las hijas, parece interesada genuinamente en saber cómo fue el final.

Los demás juegan otro juego: intereses, conveniencias y ocultamientos que muchas veces incluyen la ilegalidad. El mismo sello que Nisman usó en vida y legó tras su muerte. A propios y ajenos.