¿Cómo se hace para vivir fuera de la ley? No es muy complicado si se toman ciertas precauciones. Algunas con la propia persona: aspecto, vínculos de parentesco y sociales. Otras con la burocracia: papeles. Y otras con la residencia: adónde va uno a vivir.
Lo más difícil es la papelería. Hay que conseguir DNI, pasaporte y demás, todo trucho, y para eso se necesita profesionalismo: un falsificador. Claro que si alguien está dispuesto a vivir fuera de la ley, seguro que anda en los ambientes propicios y sabe a quién recurrir. Después viene el aspecto, que es más fácil: teñirse el pelo, cortarse el bigote (o dejarse crecer uno), dermatólogo que saque los lunares, tostarse al sol si se es muy blanco, vivir un tiempo en la sombra si al sol quedó bronceado; adelgazar si es gordo, engordar si es flaco, y en último término cirugía plástica en narices, pómulos, orejas y lo que venga. Le va a costar una buena suma, pero todo sea por vivir fuera de la ley. Y en cuanto a cortar vínculos con parientes y amigos, no es difícil y en general es un alivio. Además hay que irse a vivir a otra parte, cuanto más lejos, mejor.
Hay abundante bibliografía sobre el tema. No sólo la cosa técnica, noticias de policía, investigaciones, juicios, sino novelas. Sí, dije novelas. Las novelas son inspiradoras. Algunas pueden ser exageradas, concedo, pero básicamente son muy útiles.
Pero si se trata de países, la cosa es al mismo tiempo más fácil y más difícil. No hace falta cirugía ni maquillaje. Fácil: hay que mentir con convicción; hay que disimular; hay que actuar. Con ensayar los gestos y las muecas ante el espejo basta.
Difícil: en un país hay mucha gente y tal vez haya quienes no quieran vivir fuera de la ley. El país explica que esos otros están fuera de la ley. Además, y muy importante: el país no obedece a los mandatos de la Justicia y rechaza de plano la ley. Eso se hace por medio de quienes estarían teóricamente encargados de hacerla cumplir.
¿Vio? Nada de cirugía, pero sí actores adecuados que salen de los ambientes adecuados. No hace falta truchar documentos pero sí estar atentos a los acontecimientos para barajarlos en el aire y hacer como si no existieran o como si fueran otra cosa, generalmente su opuesto.
Espero que estas instrucciones le sean útiles, querida señora, apreciado señor, y que su vida fuera de la ley lo compense con cataratas de oro, alhajas, propiedades, autos, residencias y todas esas pequeñas cosas que hacen agradable la vida.