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LA SELECCION, con URGENCIAS Y condiciones a favor

Ganar es el único resultado posible

El primer valor absoluto que tiene el partido de hoy frente a Colombia es el de los tres puntos. Como casi nunca, Argentina los necesita para estar tranquila en su camino a Sudáfrica 2010. Tiene 19 puntos. Si llegara a perder y Uruguay le ganara a Brasil en el Centenario, el equipo de Diego Maradona quedaría en zona de repechaje y al alcance de equipos como Colombia y Ecuador.

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El primer valor absoluto que tiene el partido de hoy frente a Colombia es el de los tres puntos. Como casi nunca, Argentina los necesita para estar tranquila en su camino a Sudáfrica 2010. Tiene 19 puntos. Si llegara a perder y Uruguay le ganara a Brasil en el Centenario, el equipo de Diego Maradona quedaría en zona de repechaje y al alcance de equipos como Colombia y Ecuador. Parece mentira, porque la Confederación Sudamericana armó este sistema de eliminatorias para que Brasil y Argentina vayan a todos los Mundiales. Y Argentina –en tiempos de Basile– se pasó casi un año sin ganar un partido. El 17 de noviembre de 2007 le ganó a Bolivia 3-0 en River, con un Riquelme sin fútbol pero clavando dos goles de pelota parada. Después, empates y derrotas hasta el 11 de octubre de 2008, cuando venció a Uruguay 2-1. O sea, no es casual que hoy esté casi obligada a ganar. Los puntos son matemática y la matemática no falla: si se gana y no se suma de a tres, en algún momento llegan los problemas. El baile que Chile le dio a la Argentina el 15 de octubre pasado en Santiago eyectó a Basile del cargo. Y llegó Diego. Un auspicioso 4-0 a Venezuela, más un par de victorias en amistosos contra Escocia y Francia le armaron el crédito.


Todo esto se sabe. Pero también sabemos y debemos recordar que en su última presentación Argentina perdió 1-6 con Bolivia en La Paz. Y acá nos detendremos. No hemos leído ni escuchado hablar de esa caída en la previa del choque de hoy. Será por el influjo de Diego, o porque le tiró carne de primera al hambre periodístico (“cada vez que me juego la vida, Batista sale a hablar”; “la cancha de River parece un potrero de Fiorito”) o porque es preferible olvidar semejante golpe, lo cierto es que se habló casi nada.
Algunas razones futboleras habrá, seguramente. Lo lógico sería que el partido de hoy fuera diferente por completo al de La Paz. Además de que las condiciones geográficas son distintas, el partido de hoy debería ser distinto por el plan que trazó el técnico.
Para empezar, los jugadores pidieron concentrarse un día antes. Está claro que ese 1-6 los hizo sentirse avergonzados y prefirieron pasar en Ezeiza una noche más de lo planeado previamente. Maradona aceptó gustoso. Se dijeron muchas cosas con respecto a la noche de los futbolistas de la Selección en los días posteriores a Venezuela y previos a Bolivia. Ellos, dando señales de reacción, se guardaron antes. Su única salida fue una cena en grupo el jueves, a un restaurante de San Telmo.

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Lo otro destacado –y tal vez lo más importante– son los cambios en la formación. El más destacado es el de Andújar por Carrizo. El ex de River tiene dos problemas: fue el arquero del 1-6 y actualmente no juega en su club, Lazio. Motivos más que suficientes, aunque cargarle las culpas sólo a él del desastre de La Paz suena cruel e injusto. Andújar, en cambio, dice presente en todos los partidos que juega Estudiantes y con un rendimiento por momentos estupendo.
La vuelta de Verón entre los titulares en lugar del parsimonioso Lucho González es un gusto que por fin puede darse Maradona. La Brujita está a pleno. Es el líder de un equipo que está con un pie y medio en las semifinales de la Copa Libertadores, que juega un fútbol sólido, vistoso, efectivo, ganador. Las lesiones lo marginaron de partidos anteriores, por eso Diego nunca lo pudo tener en estado de gracia. Ahora, Verón está muy bien. Está ideal para conducir a este equipo. A esto, hay que sumarle la sed de revancha que tiene el volante. Es el mejor jugador que tiene la Argentina y es hora de disfrutarlo.


Lo mejor que tuvo este equipo previo a Bolivia es el doble cinco Mascherano-Gago. Cuando juega con línea de tres, como esta tarde, es vital tener dos volantes de recuperación. El del Liverpool es un jugador de los que los técnicos llaman “mixto”, porque tiene la fuerza y el coraje para bancarse una lucha desigual en el medio y porque, cuando se hace de la pelota, es muy difícil que no se la pase a un compañero. Gago recupera un poco menos, pero aporta más a la hora de acompañar al que genera fútbol.
Todo esto debe estar en el campo de juego del Monumental hoy. Los tres de arriba, Messi, Tevez y Agüero, deben tener la cabeza fría y repartir bien las funciones. Ya está lo suficientemente comprobado que amontonar apellidos no redunda necesariamente en la multiplicación del rendimiento. Es más: en algunos casos, juntar jugadores de características brillantes fue una resta.
Con los tres del medio, más Messi asociado a Verón y Carlitos y el Kun repartiéndose las obligaciones, Argentina debería ganar cómodamente. Siempre hay que recordar que esto es fútbol, que sin funcionamiento todo es más difícil.
Porque ganar, es bueno que lo repitamos, es el único resultado posible. Por errores del pasado, la clasificación no está asegurada. Y estos muchachos juegan con esa presión. Y con esa camiseta. Y con Maradona guiándolos.
Tienen todas las de ganar. Entonces, ahora hay que ganar.