Arthur Koestler es uno de esos intelectuales del siglo XX que, para muchos lectores, está olvidado. Pocos estudiantes lo conocen y no debe de haber muchos investigadores que se ocupan del personaje. Controvertido y peripatético en su ideología y en su geografía, variado en sus causas y en su escritura y violento en sus afectos, Koestler (1905-1983), nacido judío húngaro, vivió en Viena y en Berlín, donde se afilió al comunismo en 1931, fue parte del Comintern en París, representante del partido durante la Guerra Civil en España, donde cayó preso y escapó al fusilamiento, preso también bajo el régimen nazi en Francia y como ilegal en Inglaterra. En 1938, dejó el PC y pasó a ser furibundo anticomunista. Fue autor de una producción literaria que marcó a dos generaciones por su genialidad.
En el Londres donde se suicidó, convenciendo a su esposa Cynthia de que hiciera lo mismo, apareció hace poco una biografía, Koestler, el intelectual indispensable. El autor, Michael Scammell, profesor de ruso en Nueva York y en 1972 fundador de la revista especializada, Index on Censorship, ha documentado la vida de su personaje hasta, por ejemplo, encontrar a la doméstica para consultarle sobre la puntualidad del cobro de su sueldo.
La obra de Koestler va de un diccionario de ciencia, una crónica de viaje en la Rusia estalinista (1934), a su dramático Diálogo con la muerte, Testamento español (1938), a El cero y el infinito (1941), libro sobre los juicios espectáculo de opositores a Stalin, que enfureció al comunismo que sospechó que la novela había influido en su derrota electoral en Francia en 1945. Muchos lo recuerdan por su autobiografía, Flecha en el azul (1951/2), otros por su campaña contra la pena de muerte (Reflexión sobre la horca, 1957), otros más por su obsesión con lo paranormal, financiando una cátedra para su estudio en la Universidad de Edimburgo.
Desde su muerte, varios artículos han revuelto sus cenizas en busca del dato sexual, con acusaciones de violación y violencia con sus parejas.
*Ombudsman de PERFIL. Autor de Arthur Koestler, periodismo y política (1999).