En un relato titulado Yoli de Bianchetti, Roberto Fontanarrosa cuenta la historia de una invasión alienígena. En realidad la invasión es una visita, pero el Departamento de Defensa norteamericano se muestra muy alarmado ante el avance de un grupo de naves “de características inequívocamente militares”. De pronto, la señal de todos los televisores del mundo se ve interrumpida por un mensaje del líder extraterrestre que dice saber cada detalle de la humanidad porque en su planeta reciben las ondas de TV de la Tierra, y declara venir en busca de Yoli de Bianchetti, una ama de casa que hace un programa de cocina en la televisión por cable de la ciudad santafesina de Casilda. El líder, llamado, N%rood dice estar perdidamente enamorado de ella. La señora de Bianchetti declara en su siguiente programa que, a pesar de sentirse halagada, su corazón está con el hombre con quien lleva cuarenta años de casada. Las naves aterrizan en Casilda, frente a la prensa mundial. N%rood baja por la rampa; es una masa viscosa, gelatinosa, pero con cierta majestuosidad. Se encuentra con Yoli, van a un bar a hablar y a las dos horas ella reaparece con un bolso de mano, se sube a la rampa de la nave espacial y se va. Lo hace, según declara en el programa de cocina que deja grabado, para salvar a la humanidad. Pero una vecina le dice después a la prensa que “Yoli siempe fue muy ambiciosa”.
La ONU acaba de nombrar a la astrofísica malaya, Mazlan Othman como directora de la Oficina de Naciones Unidas para el Espacio Exterior (Unoosa). Aclaro que estoy hablando del mundo de la no ficción. Todos estamos esperando alguna novedad, mientras las sondas espaciales Voyager surcan el Universo con un disco de gramófono (una tecnología un poco vintage) que contiene grabaciones de sonidos que retratan la diversidad de la vida y la cultura en nuestro planeta. Hasta ahora no hay señales de vida, pero en caso de algún contacto con extraterrestres, Mazlan Othman será la encargada de comunicarse con ellos. Al parecer, recientemente se descubrió un Sistema Solar gemelo del nuestro, con un sol y planetas que orbitan a su alrededor. Supuestamente, esto incrementaría las posibilidades de que contactáramos vida alienígena. Cuando los aliens digan su famosa frase “Llévenos con vuestro líder” (porque los aliens hablarán de “vosotros”), Mazlan Othman sería la encargada de entablar el diálogo. Me pregunto cómo se preparará ella para ese día. ¿En qué consiste el trabajo diario de Mazlan Othman? Llega con su tailleur a su oficina, prende la computadora y, ¿qué hace? Debe tener mucho trabajo, porque seguramente hay un aluvión de ufólogos más o menos paranoicos, más o menos dementes, y amantes de la ciencia ficción, y especuladores astronómicos, y curiosos, incluso farsantes haciendo intentos como el de Orson Welles en La guerra de los mundos, pero con nuevas tecnologías. Debe ser una tarea bastante confusa llevar adelante ese rol de embajadora terrícola. Quizá Mazlan Othman sueñe secretamente con enamorarse de un líder viscoso que la lleve a la velocidad de la luz por el espacio intergaláctico.
