Sin lugar a dudas, la frase de la semana fue aportada una vez más por Cristina Fernández de Kirchner. El jueves, vestida de rojo en el predio de la AFA con Don Julio Grondona bien trajeado a la derecha y el Diego empilchado de DT del lado del cuore presidencial, CFK volvió a embalarse y dijo:
—No es posible que sólo el que pueda pagar pueda mirar un partido, que además secuestren los goles hasta el domingo aunque pagues igual, como te secuestran la palabra o te secuestran las imágenes, como antes secuestraron y desaparecieron a 30 mil argentinos.
Evitaremos polemizar sobre la oportunidad, la certeza histórica y el buen gusto de esas palabras alocadas, ya que de eso se encargaron desde un Premio Nobel de la Paz como Adolfo Pérez Esquivel a una dirigente de los Derechos Humanos como Adriana Calvo de Laborde, a quienes les sobran razones corporales para sentirse ofendidos por el tremendo pelotazo a la tribuna que metió la Presidenta. Sólo un comentario al respecto: sigue siendo impresionante la capacidad desarrollada por el matrimonio Kirchner para meter hasta las que consideran buenas noticias en el revoltijo sanguinolento de la historia. Cuesta creer que alguien tan prudente y perseverante a la hora de protagonizar calladas epopeyas como Estela de Carlotto avale la ya desmesurada utilización de tantos asesinatos (30 mil u 8 mil lo mismo dan) en pos de una revolución detrás de la cual todo huele a grandísimos negocios.
Hay que decirlo: la Presidenta faltó a la verdad, el jueves, cuando anunció que ahora el fútbol será financiado con fondos de la publicidad oficial. Primero, porque los 380 millones de pesos destinados a esa cuenta alcanzan para cubrir apenas un poquito más de la mitad de los 600 millones garantizados por el Estado a la AFA para arrebatarle el curro (“trabajo” y “estafa” son dos acepciones aceptadas para el término por la Real Academia) al Grupo Clarín. Nadie anunció oficialmente todavía de dónde provendrá el resto, ni cuánto se incrementará la caja publicitaria estatal, ahora en manos de Aníbal Fernández, para seguir sosteniendo a todos los demás amigos y/o socios del poder que subsisten gracias a ella.
Tampoco explica nadie todavía por qué un esquema de transmisiones deportivas con eje en Canal 7 puso tan eufóricos a los directivos de América TV, Canal 9, Telefe y el Grupo Hadad, uno de cuyos mayores aliados y acaso coaccionista, el empresario Gerardo Werthein, salió muy beneficiado desde el vamos por la movida: aparte de ser dueño de la mitad de Telecom, Werthein preside el Comité Olímpico Argentino, adonde irá a parar el el 50% de los dividendos del “fútbol libre”.
El jueves a la noche, un rato después del anuncio a medias de Cristina, el principal accionista de América TV, Daniel Vila (quien además preside Independiente de Rivadavia-Mendoza y desea como nada encabezar la AFA), guardó en el cajón su bajo perfil y se presentó en el programa de Alejandro Fantino para sumarse a los elogios propinados al jefe de Gabinete, “casualmente” de visita en el estudio. A la misma hora, los encargados de la programación de Telefe estaban inhallables: debatían a puertas cerradas como darán forma al sumo interés que Claudio Villarroel deposita en la incorporación del popular deporte a su pantalla. Y el 9, donde pisa fuerte Ricardo Palacio (ex secretario de Kirchner en la gobernación santacruceña y antecesor de Tristán Bauer en el Sistema Nacional de Medios Públicos), se colgaba del pasamanos del tren bala futbolístico para ver si levanta un poco el planchadísimo rating.
Todo indicaría que la supuesta liberación de la pelota en breve pasará a ser un premio para todos aquellos que supieron tostarse al sol de la pingüinera sin hacer olas.
Si esta cantada presunción se confirmara, el nuevo fútbol podría ser considerado un Resumen Lerú del nuevo orden mediático que pretende imponer el Gobierno con el anunciado pronto arribo al Congreso del proyecto de ley de Servicios Audiovisuales de Comunicación, para reemplazar a la vetusta de Radiodifusión. Fiel a un estilo que Roberto Lavagna bautizó como “capitalismo de amigos”, el provocado resquebrajamiento del holding que capitanea Héctor Magnetto sería reemplazado ya no por “otro monopolio”, sino por un sistema de empresarios leales actuando por separado para fortalecer sus balances y, al mismo tiempo, defender el relato de la corona.
De todos modos, la parte más inquietante del nuevo mapa del negocio deportivo es, precisamente, la que se refiere al desembarco de empresarios del juego en el asunto y la que menos empeño se pone en aclarar.
Hace ya dos semanas, Aníbal Fernández dio por hecho que el llamado Prode Bancado pasaría a ser, muy pronto, la estrella para iluminar financieramente este verdadero berenjenal. En la entrevista de Jorge Fontevecchia a Julio Grondona que puede leerse en la página 36 de la presente edición de PERFIL, el capo de la AFA revela que habló una vez sobre el tema con el empresario Cristóbal López, punto de los Kirchner en el mundo de las apuestas. O, mejor dicho, banca: la cercanía con Néstor y Cristina y su innegable know-how lo colocarían primero en la línea de largada.
López no desmiente su eventual interés a futuro, pero sí niega que haya movido un dedo para acercar propuestas concretas de ningún tipo y, con mayor énfasis aún, que haya sido él quien les calentó las orejas a Grondona y a Fernández para anunciar la borrosa novedad del Prode Bancado.
—Esas son todas mentiras, se lo juro por la salud de mis hijos. Escuche bien: por la salud de mis hijos. A Grondona lo ví una sola vez y, es cierto, me habló del Prode Bancado. Fue en Alemania, hace dos años, durante el mundial. Y le dije que la ley argentina no permitía ni siquiera pensar en esa variante, me aseguró ayer, por teléfono, desde su domicilio en las playas de Comodoro Rivadavia.
El motivo del llamado había sido consultarlo sobre una supuesta “Propuesta a la Asociación del Fútbol Argentino” que había llegado horas antes a esta redacción, en formato power point, con los logos de TecnoAcción, Hipódromo de Palermo y Casino Club, las empresas de su grupo, y el de Intralot, una de las tres firmas más grandes del planeta dedicadas al juego, de origen griego.
—Eso no es trucho, es retrucho, me dijo.
Las increíbles cifras detalladas ahí le quitan verosimilitud al paper. Se habla de 8.500 millones de dólares de facturación consolidada de aquí a cinco años (cuatro veces lo que recaudan en bruto anualmente todos los juegos del país en las agencias de lotería) con un 13% garantizado para la AFA, es decir, 1.100 millones de pesos a lo largo del año 2014. No sería descartable que la competencia de López, encabezada en el país por las firmas Codere y Bold, tenga mucho interés en dejarlo afuera de antemano de una posible licitación haciendo circular papeles apócrifos para reforzar la idea de que López corre con el caballo del comisario.
Lo que no se entiende es qué corno tendrá que ver todo esto con los Derechos Humanos, Señora.