El periodista Ernesto Ise, editor jefe de PERFIL, escribió durante la semana que concluye dos notas con información abundante, contextualización adecuada y buen manejo de la palabra, ambas vinculadas a dos casos de difusión de fake news (noticias falsas) en los Estados Unidos. El hilo que las une es la coincidencia de sendos fallos judiciales que fijaron montos millonarios como indemnizaciones por haber trasgredido la esencia misma del buen periodismo, cual es el respeto irrestricto por la verdad y el rechazo consecuente a las prácticas de manipulación que afectan ese objetivo.
En uno de los casos (ver https://www.perfil.com/noticias/protagonistas/alex-jones-conductor-radio-pagar-965-millones-dolares-difundir-fake-news-conspiraciones), el sancionado por un tribunal de Connecticut es Alex Jones, un locutor que deberá pagar 965 millones de dólares “por difundir fake news y teorías conspiranoides”. El tribunal lo declaró “culpable por difamación y lo condenó a pagar esa cifra millonaria a las víctimas de un tiroteo ocurrido en la escuela primaria Sandy Hook, ocurrido el 14 de diciembre de 2012. Allí murieron veinte niños y seis adultos. A través de su sitio web y de entrevistas Infowars, Jones dijo y sostuvo que esa masacre en la escuela primaria no existió.
El otro caso afecta al clan Murdoch y a Fox News, su nave insignia (ver https://www.perfil.com/noticias/protagonistas/murdoch-fox-news-pagan-millonario-acuerdo-judicial-difundir-fake-news.phtml): un juzgado de Delaware condenó a Fox News (cuyo CEO es el hijo de Rupert Murdoch, Lachlan) a indemnizar con 787,5 millones de dólares a la empresa de software Dominion Voting System, cuyo sistema –empleado en la elección que Donald Trump perdió a manos de Joe Biden– fue objeto de la fake news de Fox que puso en tela de juicio su ecuanimidad.
Es muy interesante revisar ambos juicios porque hasta hoy la difusión de noticias falsas solo era punible por el desprecio de las audiencias, no siempre atentas a estos recursos espurios de comunicación.
En 2020, la Unesco publicó un Manual de Educación y Capacitación en Periodismo, desarrollado por la especialista en ética periodística británica Cherilyn Ireton y la académica australiana Julie Posetti (https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373349). Su título es Periodismo, noticias falsas y desinformación, y es parte de la Iniciativa Mundial para la Excelencia en la Enseñanza del Periodismo, un área de atención del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la Unesco.
Cito del texto dos afirmaciones:
◆“‘Noticia’ significa información verificable en el interés público, y la información que no cumple con estos estándares no merece la calificación de noticia. En este sentido, las ‘noticias falsas’ son un oxímoron que se presta para menoscabar la credibilidad de la información que de hecho cumple con el umbral de verificabilidad e interés público, es decir, las verdaderas noticias”.
◆“La desinformación y la información errónea difieren del periodismo (de calidad), el cual cumple con los estándares profesionales y la ética. También difieren de los casos de periodismo débil, que no cumple su propia promesa. El periodismo problemático incluye, por ejemplo, errores constantes (y sin corregir) que surgen de una investigación deficiente o una verificación poco rigurosa. Incluye el sensacionalismo que exagera para lograr un efecto y la selección hiper–partidista de los hechos a expensas de la imparcialidad”.
Este ombudsman se ha ocupado en numerosas oportunidades de los riesgos que entraña la información falsa o sesgada para el buen ejercicio de esta profesión. Los casos Fox News y Jones abren una ventana de luz en los oscuros sótanos de la desinformación.