COLUMNISTAS

Las nubes de Úbeda y el canal de Beagle

Cómo se pudo poner fin al conflicto, en el marco del encuentro entre las presidentas de Argentina y Chile y el Papa Benedicto VXI.

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| CEDOC

El 23 de Noviembre de 1984 se puso fin al conflicto limítrofe con Chile por las islas Picton, Nueva y Lennox. Los antecedentes de esta disputa se remontan a 1888, es decir siete años después del “Tratado de Limites” firmado por ambos países donde se plasmó el principio de “el Pacifico para Chile y el Atlántico para Argentina”.

Curiosamente el reclamo de Chile se basó en una apreciación del Perito Moreno donde afirmaba que sin dudas las tres islas pertenecían a Chile.

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En 1948 Chile propuso una sentencia por las islas Picton y Nueva que fue rechazado por Argentina ya que no incluía la isla Lennox. El desastre del dragaminas Fournier (1949) y el incidente del islote Snipe (1958) tensaron la relación entre ambos países ya complicada por otros incidentes fronterizos, como el de La Laguna del Desierto.

En 1971 los presidentes Allende y Lanusse firmaron un compromiso de arbitraje que se expidió en el Laudo Arbitral de 1977 dado a conocer por la Reina Isabel de Inglaterra. Este Laudo otorgaba las islas en disputa a Chile. Argentina declaró nula la sentencia y el conflicto se fue agravando hasta el momento culminante en que las Fuerzas Armadas Argentinas se dispusieron a ocupar las islas bajo el nombre de “Operación Soberanía”, el 22 de Diciembre de 1978. La oportuna intervención de la Santa Sede impidió el comienzo de las hostilidades. En el Acta de Montevideo las naciones en conflicto se comprometieron a no usar la fuerza.

El Cardenal Samoré fue nombrado por el Vaticano como mediador. Sin embargo el peligro de guerra no cesó. En 1981 fueron arrestadas varias personas acusadas de espionaje y seis semanas antes de la guerra de Malvinas, el “A.R.A. Gurruchaga” ancló sin permiso en uno de los islotes en disputa. La guerra del Atlántico Sur obligó a postergar el conflicto con Chile. Las cosas no iban mejor en el país vecino, que sufrió una severa crisis económica. El retorno de la democracia en la Argentina frenó las intenciones beligerantes. El presidente Alfonsín convocó a un plebiscito. Todos fuimos testigos del debate televisivo entre el canciller Caputo y el senador Saadi, aquel de “las nubes de Úbeda” que calificaba las opiniones de su contrincante como “cháchara”.

El resultado de la votación fue contundente, el 82% de la población apoyó el Laudo Arbitral de 1984 que concedía las islas a Chile. Juan Pablo II afirmó que este fue el primer fruto del Concilio Vaticano II en el campo de las relaciones entre la iglesia y el estado. Desde entonces los vínculos entre ambos países han crecido en cordialidad e intercambio económico, reforzando los lazos que deben unir a dos naciones hermanas.

(*) Escritor y médico.