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UN PAIS EN SERIO

Las PASO, despacito

Las campañas se convirtieron en la “coreo” de una política que baila un ritmo de dudoso gusto.

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. | Cedoc Perfil
“Despacito/ quiero respirar tu cuello despacito/ deja que te diga cosas al oído/ para que te acuerdes si no estás conmigo”.
—¡Corten! –grita Bruno, mi director audiovisual. Y agrega– ¡Pésimo! ¡Un desastre! ¡Así no vamos a ningún lado!
—¿Estuvimos muy mal? –preguntan Moira, mi secretaria; Matías, mi personal trainer; y Herminia, la señora de la limpieza, que estuvieron bailando y cantando muy animados al ritmo de la canción del momento.
—No, ustedes estuvieron genial, no se puede creer la onda que le pusieron –responde Bruno–. El problema es éste, que tiene menos swing que el kirchnerismo sin Cristina.
Bruno me señala a mí.
—Bueno, yo no sé bailar, y menos este tema horrible –respondo–. No sé para qué hacemos esto.
—Claro, el señor es un intelectual –agrega Matías, en tono burlón–. Che, traé algo de Lisandro Aristimuño, así baila la estrella.
—No es eso –respondo–. Lo que no entiendo es por qué tenemos que hacer esto.
—¡Porque es un año electoral y hay que salir con todo! –grita Carla, mi asesora de imagen, que entra por la puerta de la productora, con la vista clavada en su iPad.
—Ya sé que es un año electoral, pero yo no soy candidato –respondo–. ¡Yo sólo soy periodista!
—¿Y vos te pensás que los periodistas no juegan? –pregunta Carla, incrédula, sin quitar la vista de su iPad–. ¡Vamos! La carrera electoral del periodismo ya se lanzó. Majul entrevista a Macri, Navarro a Cristina, Bonelli a Lilita… si vos no jugás fuerte, no te va a atender el teléfono ni Vilma Ripoll…
—¡Peor, ni Sergio Berni! –agrega Moira.
—¡Peor, ni Alberto Fernández! –agrega Matías.
—¡Peor, ni Sergio Bergman! –agrega Hermina.
—Bueno, paren, ya entendí la idea –respondo–. Pero… ¿era necesario Despacito?
—¿Y qué querías que pusiera? –pregunta Matías–. ¿Jugo de lúcuma, de Spinetta? ¡Se largó la campaña!
—Justamente por eso, creo que lo que importan son las propuestas –respondo.
Matías, Moira, Bruno, Herminia y Carla estallan en una carcajada y se quedan riendo un buen rato.
—¡Propuestas! –se ríe Carla cuando logra contener la carcajada–. Esa sí que es buena. ¿Y qué otra cosa creés que se necesita para una campaña electoral? ¿Una plataforma, un estatuto?
Carla se sigue riendo y los demás no pueden parar.
—¿Y cuáles vendrían siendo las propuestas de los candidatos? –pregunta Moira–. ¡Si ni siquiera hay partidos!
—¿Cómo que no hay partidos? –pregunto, algo desconcertado–. ¡Che, no exageren! ¿Me van a decir que no existe más la grieta?
—En eso tenés razón: la pavada esa de la grieta es lo único cierto que queda en la política –explica Carla–. Uno sabe que Macri es macrista y que Cristina es kirchnerista.
—Bueno, si es por eso, Massa es massista y Randazzo, randazzista… –arriesgo.
—¡No vas a comparar! –se queja Matías–. Además, no se sabe si Randazzo va a ir por dentro o por fuera del PJ, o por dónde.
—¿Y Massa? –pregunto.
—Digamos que después del discurso de Cristina en C5N, la “ancha avenida del medio” quedó reducida a un pasaje de media cuadra. Y empedrado.
—¿Qué discurso de Cristina en C5N? –pregunto–. ¿No fue una entrevista?
Otra vez vuelve la carcajada general. Por momentos me da la impresión de que se están burlando de mí.
—Digamos que fue una entrevista con capacidades de periodismo incisivo diferentes –responde Carla–. Como TN hablando de las “canas hot” de Marcos Peña.
—Lo que queda claro es que fue una jugada política maestra por parte del Gobierno –dice Matías.
—Del kirchnerismo, querrás decir… –interrumpo.
—No, del Gobierno –aclara Matías–. Que hable Cristina es una jugada maestra del Gobierno. Claro que el kirchnerismo tiene otra arma secreta.
—¿Cuál?
—Que hable Carrió.
—¿Y Lousteau? –pregunto–. ¿Qué va a pasar con Lousteau?
—Va a ser candidato, supongo –responde Carla–. Es lindo, canchero, moderno. El entendió como nadie cómo funciona la política hoy.
—¿Por su capacidad? –pregunto–. ¿Por su formación? ¿Por su carisma?
—No, porque todavía no sabe si va a ser candidato, ni por qué fuerza –responde Carla–. No sabe si va a ser parte del oficialismo o de la oposición. Si tiene que defender al Gobierno o si tiene que criticarlo. Pero le va a ir bien porque ya pasó por cosas peores.
—Y sí, la 125, la pelea con Moreno…
—No, algo mucho más complicado. Imaginate, en algún momento tuvo que elegir entre Juanita Viale y Carla Peterson. Y ésa sí que es una decisión difícil.
—Bueno, ¿filmamos? –pregunta Bruno, que quiere seguir con el spot para subirlo a las redes sociales y promocionarme.
—¿Es absolutamente necesario? –pregunto.
—¡Obvio! –responde Bruno–. Hoy todo pasa por las redes. Pensalo así: no es que quieras hacerlo, pero si te pedimos que lo hagas porque así vas a sumar más trabajo a esta productora, tenés que hacerlo.
—¡Igual que Cristina cuando le preguntan si va a ser candidata! –exclamo.
—Claro –sigue Bruno–. Es que si el kirchnerismo no lleva a Cristina, ¿quién va? Scioli está un poquito complicado...
—Sacar a Cristina para poner a Scioli es como si en la Selección sacaran a Messi para poner a Centurión –agrega Carla.
—¡Pero Cristina quiere llevar a Boudou y a D’Elía!
—Y bueno, siempre que lo convocás, Messi te impone un Pocho Lavezzi porque cuenta buenos chistes. O un Tata Martino de técnico, porque es rosarino y buena onda…
—Pero así nunca vamos a ser campeones del mundo…
—Para ser campeones del mundo primero tenemos que clasificar para el Mundial –dice Carla–. Y para ganar la elección, primero hay que zafar de las causas judiciales por enriquecimiento ilícito.
—Paso a paso, como decía Mostaza Merlo –digo.
—Ah, pensé que eso lo había dicho Cristina. Pero bueno, si vos decís que fue Mostaza…
Bruno insiste en seguir con el spot. Y Moira y Herminia están con muchas ganas de bailar. Se ponen a hacer el paso y a cantar Despacito.
—¿Es absolutamente necesario hacer esto?
—Depende –responde Bruno–. ¿Vos querés ser un periodista político serio, que con su análisis profundo llegue a muchísima gente?
—Y, sí…
—Entonces sí, es absolutamente necesario –responde Bruno y enseguida grita–. ¡Filmamos!
Moira, Matías, Herminia y yo nos ponemos a bailar y a cantar: “Despacito/ quiero desnudarte a besos despacito/ firmo en las paredes de tu laberinto/ y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito”.
Definitivamente, la política ya no es lo que era.n