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Las plantas hablan

06-11-2021-logo-perfil
. | Cedoc Perfil

Según la sabiduría popular, las plantas son capaces de oír y sentir. Hace unos años un alumno de la clase de Botánica de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, hizo una pregunta inocente a su profesor, esta es, si eso era verdad. El profesor respondió que iba a abstenerse de responder porque, dado que estaban en una universidad, lo que correspondía era lo que se hace en ciencia cuando se hacen preguntas: experimentar. De modo que propuso colocar dos plantas en uno de los pasillos del edificio, bajo iguales condiciones de luz y humedad, con sendos carteles que respectivamente dijeran “Soy linda” y “Soy fea”, estableciendo convencionalmente que todos debían, cada vez que pasaran por allí, elogiar y mimar a la linda y despreciar e insultar a la fea. Una semana después, una de las plantas seguía rozagante y la otra se había secado. De lo que se deduce que, efectivamente, las plantas oyen y sienten. Lo que nadie sospechaba hasta hace poco es que también hablan. Es decir, hablan a su modo, pero en definitiva es a través de los sonidos que emiten, y que el ser humano es incapaz de percibir sin ayuda de ciertos instrumentos, que pueden comunicar su necesidad de agua, o poner de manifiesto que están siendo sometidas a ciertas dosis de estrés.

Un grupo de investigación de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, escuchó a las plantas valiéndose de micrófonos muy sensibles y en un ambiente aislado acústicamente, y logró grabar los sonidos que producen. El estudio se basó en tres especies: el tabaco (Nicotiana tabacum), el tomate (Solanum lycopersicum) y el trigo (Triticum aestivum). Los sonidos emitidos por las plantas tienen una frecuencia comprendida entre los 20 y los 100 kilohertz, es decir demasiado alta para ser percibida por el oído humano. Los sonidos registrados recuerdan mucho al que hacen los granos de maíz al estallar cuando se prepara pochoclo, o cuando se absorben por una pajita los últimos restos de una bebida. Según los investigadores, se deben al proceso llamado cavitación, es decir la disfunción fisiológica que ocurre en las plantas bajo déficit hídrico: al haber poca agua, se generan pequeñas burbujas de aire dentro del xilema, es decir el tejido vegetal por el que pasa la linfa, que contiene agua y sustancias nutrientes. Cuando esa burbuja de aire estalla dentro del xilema, produce ese “plop” característico. Los investigadores israelíes conjeturan que la formación de burbujas de aire ocurre más a menudo durante las épocas de sequía, lo que hace aumentar la cantidad de “plops” producidos en cierto período de tiempo.

Lo sorprendente es que el mismo sonido es producido por una planta cuando se rompe una rama propia, o de una planta vecina, es decir simulando algo que en la naturaleza suelen hacer los rumiantes y los insectos. “Las plantas interactúan con insectos y otros animales todo el tiempo, y muchos de estos organismos utilizan el sonido para comunicarse, por lo que sería muy poco óptimo para las plantas no utilizar el sonido en absoluto”, explica Lilach Hadany, matemática y especialista en biología evolutiva de la Universidad de Tel Aviv.

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En una segunda fase del estudio, los investigadores sometieron las grabaciones a un programa basado en algoritmos para verificar si hay sonidos en común que signifiquen más o menos las mismas cosas. En el 70% de los casos, el sistema consiguió distinguir señales causadas por la falta de agua. Lo que a fin de cuentas indica, por más increíble que parezca, que las plantas, a su modo, hablan, es decir, se expresan articulando ciertos sonidos comprensibles comunes. Lo que es más de lo que muchos humanos son capaces de hacer contando con muchos más sonidos que el de una burbuja de aire cuando estalla.