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Las reglas del juego

No hace falta un análisis jurídico minucioso para concluir que la incorporación de Telefónica de España como accionista del grupo que controla a Telecom Argentina es contraria a la regulación dada en 1990 con motivo de la privatización de ENTEL, cuando se adjudicaron las licencias con las que hoy operan Telefónica de Argentina y Telecom en el sector de telecomunicaciones.

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No hace falta un análisis jurídico minucioso para concluir que la incorporación de Telefónica de España como accionista del grupo que controla a Telecom Argentina es contraria a la regulación dada en 1990 con motivo de la privatización de ENTEL, cuando se adjudicaron las licencias con las que hoy operan Telefónica de Argentina y Telecom en el sector de telecomunicaciones.
Es obvio que el marco regulatorio dispuesto en aquella oportunidad y que aún se encuentra vigente –Decreto 62/90–, pretendió estructurar el mercado de la telefonía fija y básica en Argentina –en competencia– con la incorporación de dos empresas distintas y sin vinculación jurídica alguna, que si bien originariamente prestaron servicios en áreas diferentes del país, luego de vencido el período inicial de prestación competirían por el mismo mercado a nivel nacional.
El diseño normativo por el cual se dividió al país en dos regiones con similar “potencialidad de clientes” no fue casual, sino una definición de política pública orientada a consolidar el desarrollo y crecimiento de dos empresas destinadas a competir por un mismo mercado.
El propósito inicial de generar competencia efectiva con la conformación de dos empresas en equilibrio de poder no fue suficiente para el cumplimiento del objetivo esperado, al menos, en lo que respecta a la telefonía local.
La competencia real y efectiva en el servicio local llegó con la tecnología y el crecimiento y desarrollo exponencial de las empresas de servicios móviles.
Hoy existen en Argentina nueve millones setecientas mil líneas fijas y cuarenta y seis millones de terminales móviles activos; es decir más servicios móviles que habitantes si consideramos los datos del último censo (36.200.000) Sin embargo, de una lectura integral y consistente del marco normativo que posibilitó la entrada de Telefónica y Telecom en Argentina, surge que ambas empresas no pueden estar vinculadas, ni aun indirectamente.
El Gobierno parece haber hecho una lectura correcta de la normativas al impedir ampliar la participación de Telecom Italia en Telecom Argentina considerando que Telefónica controla parte de Telecom Italia. Es dudoso que esa lectura sea imparcial, ya que al mismo tiempo impidió a Telecom Italia ceder, transferir o ejercer cualquier acto jurídico de su opción de compra sobre una parte sustancial de las acciones en poder de la empresa del grupo Werthein, que controla hoy el 48% del paquete accionario de Telecom Argentina.
En casi siete años de gestión en los que el mercado de las telecomunicaciones en competencia se ha reducido progresivamente, no se puso similar empeño, de parte de la Secretaría de Comunicaciones, en preservar las condiciones de competencia del sector. Tampoco se han resuelto los muchos planteos y denuncias por prácticas abusivas y discriminatorias realizadas por las empresas dominantes, prestadoras de los servicios básicos respecto de los prestadores entrantes al mercado.
Asusta que las reglas del juego se apliquen con tamaña discrecionalidad y ambigüedad, que la agenda pública en materia de telecomunicaciones esté marcada por la modificación de los paquetes accionarios de las compañías; o por la discusión de un proyecto de ley de radiodifusión o de “servicios de comunicación audiovisual”, respecto del cual no se ha dado intervención alguna ni a los órganos competentes en materia de telecomunicaciones ni a las empresas del sector.

*Abogada, especializada en telecomunicaciones.

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