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Mentalidad de fundador

Libros para que Mauricio Macri lea en las fiestas.

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Crecen tres veces mas organizaciones con fundadores. | Cedoc Perfil

Seguirá mañana: “Libros para que Macri lea en las fiestas 2”. Meditaciones.

No ha sido un año fácil para Macri ni para la enorme mayoría de los argentinos. El balance que naturalmente cada uno realiza al llegar las fiestas es un buen momento para la reflexión y en los días de descanso, para la lectura. En esta columna de hoy y la de mañana se recomendarán dos libros que le sería provechoso a Macri leer antes de comenzar 2017.

Otro empresario con éxito en la política, Mitt Romney, fue CEO de la consultora que prescribe volver a las fuentes.

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El primero es el actual best seller de Harvard: La mentalidad del fundador: cómo superar las previsibles crisis de crecimiento, escrito por dos socios de Bain&Company una de las mayores consultoras del mundo y “madrina” de Bain Capital, donde se concentra parte de los fondos de inversión más rentables de EE.UU. y que tuvo como CEO a otro empresario como Macri, con éxito en la política: Mitt Romney, gobernador de Massachusetts y candidato presidencial republicano antes que Trump, en 2012, a quien Obama venció en su reelección sólo por cuatro puntos de diferencia (51 a 47 por ciento).  

El núcleo del libro The founder’s mentality comienza con el gráfico que se reproduce en esta columna, que demuestra que a lo largo de los últimos 25 años, de 1990 a 2014 inclusive, de las 500 mayores empresas de Estados Unidos, aquellas donde la mentalidad de su fundador aún está presente crecen tres veces más que las restantes y dos veces más si se excluye de la comparación a las empresas de tecnología.
La mentalidad de fundadores audaces y ambiciosos deja su estela en un espíritu insurgente que, junto a un gran propósito, se irradia en forma de misión a toda la organización y la motiva. Mentalidad que tiene aversión a la burocracia, quiere simplificar los procesos y valora mucho más a los funcionarios que trabajan en “la línea del frente”, empoderando a quienes están en contacto directo con la producción o la venta. También entiende claramente qué es lo que desea el cliente, toma el riesgo de ejercitar prueba-error y hace foco en el largo plazo.

Macri, al ser fundador de un partido y una alianza electoral y de gobierno, comparte características con la mentalidad de los fundadores. Y el libro está escrito pensando en el problema que enfrentan las organizaciones cuando tienen éxito y crecen –por ejemplo el PRO, al pasar de la Ciudad de Buenos Aires a la Provincia y a la Nación– porque “el crecimiento crea complejidad y la complejidad es el asesino silencioso del crecimiento”, además de matar al foco, que es una de las principales claves del éxito. La complejidad crea “disonancias en la conducción porque los vampiros de energía (la burocracia) constantemente bloquean las acciones dejando exhaustas a las organizaciones”.

Muchas organizaciones atribuyen sus problemas a cambios externos (de pautas culturales, tecnológicas o situaciones macroeconómicas) pero la mayoría de las veces las causas son internas: el 80% de la perdurabilidad en el éxito depende las decisiones que la propia organización tomó o dejó de tomar en los momentos de crisis. 

Mientras las empresas jóvenes crecen rápido, uno de los motivos por los que muchas empresas maduras no lograr recrear ese espíritu y desaparecen es la lentificación de su accionar por la progresiva pérdida de la mentalidad de fundador. “Nacieron en guerra contra el sistema en defensa de los clientes insatisfechos para pasar a ser lo establecido que defiende el sistema, defiende las reglas del juego para defenderse a sí mismas”. 

Las organizaciones que tienen éxito sostenido son aquellas donde el proceso de decisión se conserva más concentrado, son más veloces, mantienen en sus equipos un profundo sentimiento de responsabilidad y compromiso emocional, tienen claros los grandes porqués e identifican una o dos capacidades que hacen toda la diferencia.

También porque aprovechan las turbulencias para experimentar y encontrar nuevas herramientas, son implacables con la innovación y corrigen rápido al monitorear sus acciones en la línea del frente. Actúan como si fueran abogados de sus clientes, rápidamente redistribuyen su gente y sus inversiones adonde las hacen más competitivas, convirtiendo la velocidad en una ventaja crucial.

Paradoja del crecimiento. Hay problemas que vienen con la escala, pasar de un tamaño a otro mucho mayor  no siempre es un beneficio, algo que el PRO tuvo que experimentar dramáticamente al crecer mucho más rápido el territorio a controlar que el talento disponible. Sucede cuando quienes toman decisiones ya no pueden tener la intimidad de los primeros años con el fundador porque se pasa a administrar cincuenta veces más presupuesto y cien veces más personal, como en el ejemplo de la Ciudad de Buenos Aires a la Nación.

El cambio de escala de la Ciudad a la Nación aumentó la complejidad: el territorio creció más rápido que el talento

Recuperar la mentalidad de los fundadores no quiere decir del fundador mismo, quien a veces puede también ser parte del problema, sino pasar a construir un cerebro de dueño donde, muy focalizado en costos y movimientos financieros, se trate a cada peso que entra o que sale como si fuera propio. Y haya una personalización de cada acción para escapar al síndrome de cuando la gente comienza a estar más preocupada por no perder su puesto que por hacer las cosas bien.

En un video de 18 minutos, uno de los autores del libro, James Allen, hace una buena síntesis de su investigación (ver: e.perfil.com/video-fundadores). Paralelamente, se le envió a Macri un ejemplar de este libro en papel junto con el libro de la columna de mañana para que, si lo desea, los pueda llevar a su descanso a Villa La Angostura.