El trabajo de inteligencia comenzó hace más de un año, en junio de 2009, según precisó la Secretaría de Seguridad Pública mexicana (SSP). La operación tuvo lugar “en diferentes tiempos” para identificar con precisión “elementos de su estructura criminal” y ensamblar la información “necesaria para ubicar su paradero”, dijo Alejandro Poiré, portavoz nacional de Seguridad.
El lunes 30 de agosto, cerca de las 6 de la tarde, hora local, en el municipio de Lerma del Estado de México, fue detenido Edgar Valdez Villarreal, alias “la Barbie”, por quien el gobierno ofrecía una recompensa de 2,3 millones de dólares. Junto con “la Barbie”, 37 años, estadounidense de Laredo (Texas), fueron detenidos en un operativo “quirúrgico” cuatro hombres y dos mujeres sin disparar un solo tiro y decomisados dos fusiles, uno de ellos con lanzagranadas, nueve paquetes de cocaína, equipo de cómputo y comunicación y tres automóviles. A partir del momento en que se conoció la detención, múltiples madejas comenzaron a ovillarse y a desovillarse con frenesí.
Algunas fuentes sostuvieron que “así como entregó a su jefe ahora se entregó a sí mismo, en el escenario de un montaje mediático”. El jefe de “la Barbie” era Arturo “la Muerte” Beltrán Leyva. Como informó esta columna (20/12/09), el miércoles 18 de diciembre pasado, fuerzas especiales de la Armada de México libraron varias horas de furioso combate hasta terminar con la vida de “la Muerte” y con la de siete de sus custodios de elite. Ahora se sabe que ese día, Beltrán Leyva le pidió ayuda a Valdez Villarreal, quien le aconsejó exhortativamente que “se entregara” nomás. Con posterioridad a la muerte del capo, se desató un aguacero de enfrentamientos con el cartel del Pacífico Sur, nombre que adoptó la organización de Beltrán Leyva tras su desaparición. Valdez Villarreal lideró una insurrección interna para tomar el control de la organización; en los últimos meses, la lucha dejó decenas de cadáveres, muchos de ellos decapitados y desmembrados, con foco en los Estados de Guerrero y Morelos.
Genaro García Luna, el secretario de SSP, desmiente la insidia de la “entrega”. Mediante un malabar semántico, aseguró que Edgar Valdez Villarreal “cedió al despliegue de las fuerzas federales, pero no se entregó”. Hubo cuatro claves de bóveda para tener un éxito. El primero, dijo, fue el intento de capturar al enlace que terminó abatido en Perisur (plaza de entretenimientos del sur del Distrito Federal), luego de que este lanzara una granada fragmentaria en contra de los elementos de seguridad que lo seguían. Luego, aparece la batida realizada en Bosques de Tamarindo (condominio en el Estado de México), ya que en el inmueble estaba ubicada la base de movilización de “la Barbie”. “Tras el operativo en Perisur” –detalló– “el siguiente paso fue llegar al punto en donde éste iba a hacer contacto y que fue la guía hacia la casa de seguridad”. Finalmente, hubo “un trabajo muy fino de inteligencia” con la gente que se encargaba de llevar la comida y con la que lo cambiaba de lugar, que “fue fundamental” para entrar a la casa y someterlo.
El martes 31 de agosto se informó que el narcotraficante estadounidense traficaba una tonelada de cocaína al mes, fundamentalmente, en los estados mexicanos de Morelos, Nuevo León, Tamaulipas y Quintana Roo, y en el DF. Inmediatamente, estallaron los foros de discusión. Si Arturo “la Muerte” estaba acusado en Estados Unidos por haber introducido cerca de 120 toneladas de cocaína, “La Barbie” ¿era un motoquero a cargo de un delivery de apenas una tonelada? La respuesta: “Puede parecer ‘poco’ pero por cada tonelada sacaban algo así como 28 millones de dólares al mes”. La aritmética: se calcula que Valdez introducía 6 kilos por día en las cinco entidades geográficas mencionadas más arriba. Desde Irapuato, “demon407” hace el cálculo siguiente: “6 kg. x 5 entidades = 30 kg. x día; 30 kg. x 30 días = 900 kg. por mes; aproximadamente 1 tonelada”. Según diversos estudios académicos, Colombia exporta 480 toneladas por año, por un valor de 46 mil millones de dólares calculados en los Estados Unidos. El lector puede sacar sus propias conclusiones.
Con el vértigo de un narcocorrido, se atropellan las historias alrededor de “la Barbie”. A principios de este año, y según la información brindada por un testigo protegido, se supo que estaba en condiciones de ser lanzada la película Brazo armado, que narra la vida y obra de Edgar Valdez Villarreal, financiada por él mismo, quien además supervisó el guión, editó los avances del largometraje y validó algunos detalles del argumento. Luego de que José Jorge Balderas Garza, el “JJ”, descerrajara el pasado 25 de enero un balazo en la cabeza del americanista Salvador Cabañas, “la Barbie” lo metió en una oficina suya en Atizapán donde estuvo tres meses más o menos; ahora viajó a Colombia, donde tiene trabajo. Eso sí, antes de esconderlo, lo “regañó” por haberle disparado al paraguayo, “pero ya lo había hecho”. El martes ulterior a su detención, fue presentado en el Centro de Mando de la Policía Federal, en Iztapalapa. Edgar Valdez Villareal, “la Barbie”, gordezuelo y sonrosado, reía ante las cámaras. Los lectores de comisuras dictaminaron que se trata de una personalidad histérica o sociopática, que experimenta una disociación ideoafectiva. El psiquiatra Félix Aranday Cortés, miembro del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, explicó que este tipo de comportamientos se presentan en momentos muy estresantes en los que se separa la racionalización de los afectos. En fin, diversos artículos e incisos del marco regulatorio de la celebridad canalla.
Las autoridades dicen que Felipe Calderón acumula con éste el tercer golpe a grandes capos, después de la muerte de Arturo Beltrán Leyva y de Ignacio Coronel. Algunos mexicanos dicen que a “Calderón le dicen ‘Misión Imposible’: cada vez que termina un mensaje, se autodestruye”. Humor entre el humo y el olor a pólvora.
En la columna de PERFIL del 20/12/09, se citó una frase de hace unos años, publicada en El Universal de México: cuando la violencia, o la percepción que los mexicanos tienen de ella, no era tan fuerte como ahora, “especulábamos sobre la posibilidad de que México se ‘colombianizara’”. Esto suponía que el demonio estaba afuera queriendo entrar. Para dolor de México hoy está adentro y no tiene previsto salir”. Nada para añadir.
