Según lo que sostienen las autoridades de los gobiernos de China y la Argentina, las relaciones entre los dos países están en su mejor nivel diplomático y comercial. El año pasado se conmemoraron los cuarenta años del establecimiento de la relación diplomática y Yin Hengmin, el propio embajador de China en Buenos Aires, citando a Confucio, dijo que los lazos bilaterales habían alcanzado un punto de madurez. No sólo tenemos que tener presente la complementariedad de las dos economías, lo cual es un elemento central, sino también que en el plano político China reconoció a nuestro país como un socio estratégico.
Esto se debe no sólo a un factor económico, sino también, y quizás sobre todo, a compartir una visión sobre el sistema internacional y la noción de una independencia política económica.
En el marco de esta asociación estratégica, los dos países sostienen consultas sobre temas de interés común en política internacional. Por otra parte, en el ámbito de la defensa firmaron un memorándum para el fortalecimiento de la cooperación militar, que incluye una reunión anual de una comisión bilateral y la venta de armamento y equipamiento militar.
También pueden observarse intercambios en el ámbito educativo, cultural y científico-tecnológico. Sobre la base de esos acuerdos puede percibirse que no es exclusivamente la economía lo que alienta la relación entre los dos países. Aunque China reconoce que existe una distancia con la región dada la diversidad cultural, promueve el intercambio de alumnos graduados y especialistas para acortar esa brecha y promover lo que los chinos llaman el mutuo entendimiento.
Es una realidad que en América latina, en general, existe un insuficiente conocimiento no sólo de la cultura china sino también de la idiosincrasia de su población, lo cual a la hora de hacer negocios o lograr acuerdos puede jugar en contra.
En ocasiones anteriores, altos funcionarios chinos han concurrido también a Brasil, México, Cuba y Chile, países que también son considerados socios cooperativos o estratégicos de China. La reciente visita, que solamente se concentró en Argentina y Venezuela, no marca un cambio con respecto a la fluida relación que China tiene con esos seis países latinoamericanos.
Con respecto al vínculo con la Argentina, es interesante destacar que en los cuarenta años de relación diplomática nuestro país ha mantenido el reconocimiento de que sólo hay una China y que Taiwán es parte de China. Según esta posición, Buenos Aires entiende que el gobierno de Beijing es el representante de toda China.
De la misma manera, la República Popular China reconoce que las islas Malvinas son de la Argentina. Esto último adquiere mayor relevancia a partir de 1984, no sólo porque había quedado atrás la guerra de Malvinas, sino también porque Beijing ya había acordado con Londres la recuperación de Hong Kong. Desde ese entonces, China nunca dejó de apoyar el reclamo argentino por la soberanía de las islas.
* Director de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador.