COLUMNISTAS
Expresion

Observatorio de miedos

Mientras en la campaña electoral la fórmula de Cristina ocupó el 49% de las menciones, los diarios no parecían agitar ningún golpe de Estado. Mientras con el decreto 525/05 se prorrogaron arbitrariamente los plazos de las licencias de radio y TV, el Gobierno parecía más atento a la concentración y el negocio de los medios que a la democratización del sistema.

default
default | Cedoc

Mientras en la campaña electoral la fórmula de Cristina ocupó el 49% de las menciones, los diarios no parecían agitar ningún golpe de Estado. Mientras con el decreto 525/05 se prorrogaron arbitrariamente los plazos de las licencias de radio y TV, el Gobierno parecía más atento a la concentración y el negocio de los medios que a la democratización del sistema. Nadie ignora que han sido frecuentes, desde la gestión de Néstor Kirchner, las presiones sobre periodistas y medios, así como la discriminación de la publicidad oficial para privilegiar a algunos en desmedro de otros. Sólo en el último año, más de 300 millones de pesos de esa publicidad han sido discrecionalmente decididos por un funcionario.
Se recurre ahora a un observatorio “de la discriminación”, para censurar cualquier mensaje que no acuerde con los avisos oficiales que niegan la inflación y la crisis energética, entre otras cosas. Los medios de comunicación masiva discriminan, pero los mensajes políticos no deben preocupar a la Presidenta: con voces opositoras, pluralismo e incluso críticas, habrá mejoras institucionales. Una política democrática de medios de comunicación debe monitorear prejuicios contra la mujer o la infancia víctima de pobreza, violencia o trata; los que estigmatizan la inferioridad de un género; los que impulsan la agresión y competencia como única forma de convivencia. Y es prioritaria una nueva Ley de Radiodifusión ya no atada a una norma de la dictadura militar. Como señal ética del compromiso con los derechos humanos, en ámbitos políticos, en el desarrollo de las familias, en la protección o acceso a la salud y la educación ciudadana, los medios y las políticas públicas deben fundarse en la libertad de expresión, no en la censura. Atentando contra la libertad de prensa o promoviendo lealtades a cambio de cheques oficiales queda al desnudo el “observatorio de los miedos” de una gestión que oculta la realidad, juega al apriete o apuesta doble. La intolerancia y la intemperancia con quienes no comulgan o se oponen sigue siendo la marca kirchnerista. El peligro no está en las distorsiones de la prensa, sino en una democracia debilitada por prácticas autoritarias.

*Senador y titular del Comité Nacional de la UCR.