La tradicional Escuela de Barrio Norte vuelve a ser noticia. Lamentablemente, no porque alguno de sus alumnos haya ganado la olimpíada de Filosofía o el primer premio en Matemática, sino por un oscuro manejo de fondos que involucra al actual rector, Héctor Pastorino, y tiene como protagonista estelar al vicerrector del turno tarde, Leandro Rodríguez.
En una reunión con representantes gremiales el rector Pastorino reveló, como si no dijera nada relevante, que los recursos económicos generados por el Departamento de Graduados de la escuela no serían destinados a cubrir las necesidades de la institución, porque son percibidos y administrados por una asociación privada de ex alumnos.
Aunque a esta altura ya nada de lo que ocurre en el Pellegrini sorprende, la perplejidad es inevitable. La asociación privada que está recibiendo los fondos tuvo, curiosamente, a Leandro Rodríguez como vicepresidente, y no sólo eso: el vicerrector es uno de sus fundadores junto a otros militantes políticos que pasaron por el Centro de Estudiantes del Pellegrini en los 90.
Estas autoridades del Pellegrini se comprometieron a defender un proyecto humanista y crítico, basado en la formación de ciudadanos comprometidos socialmente. Como se sabe, además de la idoneidad pedagógica y académica de quienes desempeñan el rol de educadores, es fundamental su integridad ética. Por eso, se debe reflexionar sobre la pertinencia de transferir fondos de la esfera pública a la privada, sobre todo cuando los responsables ocupan altos cargos en esa la institución pública.
Ante una situación como esta, urge preguntar: ¿qué concepción educativa se puede sostener desde un equipo de conducción que desfinancia la escuela pública para financiar una asociación privada? Es difícil enseñar a los jóvenes la responsabilidad y el compromiso social cuando los adultos a cargo propician negocios privados a expensas de los intereses comunes. La lección que aprendemos parece ser la del egoísmo, el individualismo y el desprestigio de lo público. Es una verdadera lástima.
*Sociólogo.