COLUMNISTAS
balance de planos

Pocas dudas despejadas ayer

MARTIR INSAURRALDE. Dibujo: Pablo Temes.
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El análisis de la elección de ayer se mueve en tres planos distintos. Uno es el relativo a la distribución de votos, en  este caso, mal llamado “resultado”, ya que se trataba de internas y no de una elección general. Algunos ciudadanos fueron a votar en internas, muchos otros fueron a votar como si se tratase de una elección general. Este plano del “resultado” será posiblemente el más comentado en los próximos días. Es, por cierto, el más equívoco.

Segundo, está el  plano de la votación por relación a las expectativas. ¿Tuvieron, cada una de las listas, más votos o menos votos de los esperados?

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Tercero, está el plano específico de la elección de ayer, que sólo se aplica a los partidos o alianzas que tuvieron efectivamente internas.

El primer plano, el de los “resultados”, interpretados como si se hubiera tratado de una verdadera elección general legislativa, es malo para el gobierno nacional. Tema de discusión aparte es la provincia de Buenos Aires, un foco central de casi todas las miradas, por su tamaño, y por la importancia de lo que está en juego –entre otras cosas, la pulseada entre dos de los más probables candidatos presidenciales en 2015–. Insaurralde, un verdadero desconocido para la opinión pública un mes atrás –y con Scioli detrás de él– ha tenido un mejor desempeño que sus correligionarios de otras de las grandes provincias.

La lectura que el gobierno nacional ofrecerá a la sociedad se verá en su plenitud en los próximos días. También está por verse quién se hará responsable de los resultados insatisfactorios.

Con respecto a las expectativas, es de destacar en Buenos Aires el buen desempeño de Margarita Stolbizer, superior al que la mayoría de las encuestas estaban anticipando. Lo mismo puede decirse para las candidaturas consideradas de “izquierda doctrinaria”, que han hecho una elección relativamente buena en varios distritos. Cobos en Mendoza ratificó su liderazgo con una victoria amplia. Lo mismo Costa en Santa Cruz. En general, en este plano la decepción de los candidatos oficialistas en varias provincias es notoria.

En el plano de las internas genuinas, se destaca –al menos para la mirada de los porteños– la elección en la Unen. Carrió y Solanas obtuvieron los primeros lugares, como las encuestas anticipaban, y en el conjunto se ratificó que la interna de esta alianza convocó al mayor número de votantes del distrito. Queda abierta un interrogante no menor: cuántos de esos votos seguirán a las listas de la Unen en la elección de octubre.

El primer balance de la elección de ayer sugiere un llamado de atención para el Gobierno. Continúa con apoyos significativos en la sociedad, pero han retomado una pendiente declinante; y mantiene en el Congreso una posición cómoda.  Una conjetura plausible es que si la Presidenta profundiza el camino de la maduración adoptado durante el último mes podrá terminar su mandato en condiciones más cómodas que si opta por volver a radicalizarse. La moderación debe entenderse tanto en términos de políticas públicas –Galuccio antes que Kiciloff, por ejemplo, o Milani y Berni antes que el CELS– como en términos de estilo –Scioli antes que La Cámpora–. Pero, sin duda, la interpretación contraria no queda descartada.

El futuro político del país sigue dependiendo de dos principales factores. Uno es el de las demandas de la sociedad. En este plano, seguimos ante una situación tripartita: un oficialismo que, aunque hoy algo golpeado por los votos, sigue siendo una primera minoría en la sociedad; una oposición tan fragmentada como lo viene estando desde hace años; un segmento intermedio decisivo para establecer el precario equilibrio de cada momento. El otro factor es la oferta electoral. La oportunidad de una interna abierta, tal como la define el régimen de las PASO, no ha contribuido mayormente a aclarar el panorama. El futuro depende, en buena medida, de cómo acabe de definirse esa oferta.
 

*Sociólogo.