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cambios en la economia

Por un lugar en el mundo

La crisis económica internacional está perdiendo impulso. Existe un consenso bastante aceptado de que lo peor ha quedado atrás. Sin embargo, esto no significa que automáticamente el mundo entre en un nuevo proceso de crecimiento y desarrollo.

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La crisis económica internacional está perdiendo impulso. Existe un consenso bastante aceptado de que lo peor ha quedado atrás. Sin embargo, esto no significa que automáticamente el mundo entre en un nuevo proceso de crecimiento y desarrollo. Por mi parte, pienso que la economía global ha superado una zona de importantes turbulencias, aunque es probable que aparezcan otras, y para enfrentarlas exitosamente, debe reconvertir su estructura y funcionamiento.
Hace poco me preguntaba: “¿Quienes tienen a cargo el futuro de la economía global vislumbran la solución? ¿Saben en qué sectores de la sociedad deben apoyarse para preservar la esfera productiva?”. La pregunta sigue siendo pertinente; sobre todo cuando las aguas parecen calmarse. La salida no va a ser igual para todos los países. Entre otras razones porque aunque las crisis generan oportunidades, no significa que todos puedan identificarlas y/o aprovecharlas. Para ello hace falta, por un lado, visión estratégica para discernir claramente las características del nuevo orden mundial que se avecina, y, por el otro, capacidad para orientar la economía y la sociedad, sobre la base de acuerdos y consensos políticos, hacia el objetivo deseado. Argentina, por lo pronto, desde el punto de vista económico, debe decidir si quiere ser competitiva por bajos salarios o por valor agregado. Y, la verdad, es que sólo podrá ser desarrollada e integrada si opta por agregar valor sobre la base de alta productividad y elevados salarios.
Estoy convencido de que Argentina puede ocupar un lugar preponderante en el concierto internacional, pero debe integrarse al mismo con su propio documento de identidad, que no se define sólo por aspectos económicos, sino por todo un colectivo cultural que es imprescindible preservar. La implementación de una estrategia de desarrollo económico nacional exige la aparición de nuevos actores, de nuevos acuerdos y de nuevas instituciones. La historia nos muestra que de las crisis se sale con nuevos protagonistas. Así es que la gran mayoría de las empresas que lideraron el crecimiento en los Estados Unidos luego de la Segunda Guerra se formaron y crearon sobre las ruinas de la Gran Depresión.Digo actores, porque la salida de la crisis y el ingreso a un ciclo de crecimiento y desarrollo económicos requieren de la consolidación de un entramado de pymes competitivas, que incorporen tecnología y que generen bienes de alto valor agregado, empleando mano de obra calificada y con altos salarios, a los fines de conformar un mercado interno poderoso. Digo acuerdos, porque debemos consensuar un conjunto de políticas públicas destinado a apoyar a las pymes en este proceso de crecimiento y desarrollo. Ellas deben ser el semillero de donde salgan las grandes estrellas empresariales que alguna vez supimos conseguir, de las que sólo conservamos unas pocas. Y digo instituciones, porque no basta con definir una estrategia de desarrollo, sino que hace falta también perfeccionar, diseñar y crear las instituciones que hagan posible instrumentar tácticamente esa estrategia.
Nuestro país aún no superó su crisis de desarrollo, pero logró, desde 2002, volver a crecer sobre la base de un entorno macroeconómico favorable. Todo ello facilitado por una nueva alianza productiva entre los principales actores de la sociedad y de la economía, la que con el tiempo perdió su impulso. Debemos recuperarla para completar la tarea de pasar del crecimiento al desarrollo, sosteniendo los logros macroeconómicos, pero avanzando en los postergados desafíos microeconómicos. Sin embargo, no podemos sentarnos a esperar a los tiempos de la política. Desde el Observatorio Pyme y la UIA estamos implementando los pactos territoriales para el desarrollo regional entre universidades, gobiernos locales y empresarios. El objetivo de estos pactos es construir observatorios regionales que provean información de cada región, a los fines de diseñar un conjunto de políticas públicas que nos permitan pasar a la acción, implementar una política productiva a nivel territorial y fortalecer a los nuevos actores pyme. Adicionalmente, la Fundación Garantizar el Desarrollo trabaja en alianza con Garantizar SGR para asistir a sus más de 3 mil socias partícipes, facilitando el acceso al crédito a través de garantías y proveyendo servicios de capacitación y asistencia técnica, más información y análisis económico.
Como el título del clásico cinematográfico, Domani è troppo tardi, esta vez no tenemos tiempo de agotar todas las alternativas antes de hacer lo correcto.

*Secretario de la UIA y ex ministro de la Producción.

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