Nuevamente, los lectores se preguntan qué está pasando con el material al que los tiene acostumbrados este diario, pues notan en él más errores de los habituales; en suma, calidad menor a la habitual. Existe una situación de conflicto entre la editorial y parte de su personal tras el despido de siete empleados –ninguno de ellos integrante de la redacción de PERFIL– que explicaré brevemente, citando las miradas de ambas partes. Así informó la semana pasada a los columnistas de este diario el gerente de Recursos Humanos, Marcelo Capandeguy: “Hace varias semanas, Editorial Perfil decidió enviar telegramas de preaviso a siete integrantes de lo que se llama Fondo Editorial: allí se destina a aquellas personas que las diferentes publicaciones de la editorial desplazan por razones profesionales o cierres de productos para que alguna otra publicación pueda incorporarlas. Estas personas, a las que se les mantuvo el salario, no tenían asignación de tareas desde hacía seis meses a un año, en promedio. Tras los telegramas, cuatro aceptaron una salida negociada y tres no, pese a que todo el tiempo está claro que la empresa, como hace siempre, plantea el pago total de las indemnizaciones que marca la ley, que en el caso de las empresas periodísticas se rige por el Estatuto del Periodista. Tras el final de la conciliación obligatoria, la Comisión Interna impulsó un paro de actividades en las redacciones desde el jueves 12, en reclamo de la reincorporación de tres trabajadores, que no será posible. Para una editorial como Perfil es casi imposible funcionar sin una lógica rotación de personal (profesionales que entran y profesionales que salen), que siempre se plantean bajo el estricto respeto a las disposiciones legales de la actividad”.
La asamblea del personal, por vía de la comisión interna gremial, también dio su versión y pidió la adhesión de columnistas: “Después de semanas de negociaciones ante el Ministerio de Trabajo para intentar revertir una serie de despidos, Editorial Perfil decidió ratificar la desvinculación forzada de los compañeros afectados por esta medida injustificada. Frente a esta situación, que se suma a la amenaza manifiesta por parte de la empresa de desintegrar el sector de fotografía en los próximos días, la Asamblea de Trabajadores ratificó su decisión de convocar a un paro de actividades, tal como fue comunicado ante la cartera laboral, y tal como había sido informado cuando este conflicto se inició. Ante esto, los trabajadores ratificamos el paro general de actividades y el quite de firmas para frenar este brutal plan de ajuste”.
Es probable que en esta misma edición haya una explicación oficial de PERFIL, que seguramente excederá a ésta que sólo se refiere a lo ocurrido días atrás. Ayer, la distribución del diario se vio afectada y algunos lectores no obtuvieron sus ejemplares como lo hacen habitualmente. También esto, espero, tendrá una explicación oficial.
Los conflictos entre empresas y empleados son habituales, y se saldan en negociaciones de mayor o menor intensidad. Que éste llegue a buen fin, acercando a las partes, será también un reconocimiento a la consecuente compañía de los lectores.
Turismo. No estarán muy felices en Búzios con la presentación en el suplemento Turismo de sábado 14 del buen informe sobre sus atractivos, con el título en tapa “Armacao dos Búzios”. El texto –casi impecable, salvo la ausencia de una obligada explicación al lector acerca de quiénes invitaron al viaje, un reclamo que hice ya varias veces a quien edita la sección– no combina con la foto de la portada ni con la imagen principal que ilustra la primera de las tres páginas que ocupa. Búzios (o Armacao dos Búzios) es una cosa. Y Arraial do Cabo, la foto de tapa y la de apertura (también de enorme belleza y atractivo), es otra: éste es un distrito cercano (los separa Cabo Frío) perteneciente a la región de los lagos en el estado de Río de Janeiro. En la nota se incluye a Arraial do Cabo como un destino apetecible a cubrir desde Búzios, incluyendo la bellísima Prainha que es ilustrada con una fotografía. Un error de edición.
Quintín-Tabarovsky. O viceversa, según le guste al lector. En la contratapa de Cultura del domingo 15, un duende travieso trocó las firmas de los habituales columnistas, adjudicando a Quintín lo que escribió Damián Tabarovsky y a éste el texto de Quintín. Como se admiran (creo, aunque me reservo alguna duda) lo habrán considerado un homenaje de doble vía.