Podríamos discutir si el que se tiene que reeditar es el Gobierno. Ello nos circunscribiría en un tema político, y no económico-financiero como es menester ocuparse.
El tan discutido “modelo”, mal que le pese a muchos, ha tenido una definición acorde a los tiempos que vive el mundo en recesión, que ha permitido varios años de superávit tanto comercial como fiscal; aumento de reservas; demanda sostenida con un fuerte mercado interno; empresas muy rentables y una fuerte recomposición salarial.
Claro, el tiempo pasa, y los modelos que no se cambian, no se renuevan, se agotan. Es el ciclo natural.
Y querer prolongar esa bonhomía con “parches” nos lleva a una situación actual, donde todos esos signos positivos se han puesto o bien negativos o neutros en el mejor de los casos.
Brecha cambiaria, inflación, restricciones comerciales, pérdida de reservas, deterioro en cuentas fiscales, suenan hoy como problemas, donde lo lógico es ocuparse. Y, creo, es lo que ha decidido el Gobierno luego de las elecciones.
Es que no hay modelo que “cierre” en el largo plazo sin justamente, inversiones concomitantes: no se puede hacer, por ejemplo infraestructura, con dinero corriente.
Argentina necesita deuda. Ha hecho un formidable esfuerzo de reducción de deuda externa (ver gráfico), que nos deja en condiciones, arreglados los encuadres necesarios para recrear la inversión, de tomar deuda, la cual debería corresponderse con activos y no con gastos.
¿Como recrear las condiciones ideales para atraer, además de inversores financieros a los de largo plazo?
En esto, hacen falta a nuestro juicio cuatro cosas fundamentales:
1) Arreglar la situación de estatizaciones: los avances por la situación de YPF son ideales, es muchas veces más importante el ingreso de capital que lo que se pague por las acciones estatizadas. Esto está en curso, esperemos que el mismo sea breve.
2) Indec: era una institución modelo, es simplemente recrearla.
3) Imagen externa: Argentina, nos guste o no, hoy no es sinónimo de inversión segura. Creo que hay que pensar algo distinto, para darle tranquilidad a los inversores. Si bien este gobierno ha realizado contadas estatizaciones, y en su gran mayoría con fines bien justificados, y a veces con medios un tanto mal arbitrados, la imagen externa es de muy fuerte desgaste.
4) Deuda externa: hay que darle solución al default.
Creo que países como el nuestro (y no es el único en Latinoamérica) necesitarían de una ley de protección a la inversión extranjera. A ejemplificar: las estatizaciones necesitan una aprobación de mayoría especial en el Congreso de al menos dos tercios. Si el fundamento es sólido (repito, lo ha sido en el caso de Aerolíneas, de YPF, etc.), la oposición acompañaría. El debate permitiría entender bien las cuestiones de fondo, y en la forma, si “te acompaña el Congreso” en esa medida, esto dista de ser visto como un capricho, sino más bien, luce como una “razón de Estado”.
Con estas simples medidas, bastaría para sembrar las condiciones necesarias. ¿Y las suficientes?
Allí encontramos en la búsqueda de soluciones inmediatas a problemas estructurales, una razón de ser. Como ejemplos:
-El incremento de impuestos a automóviles y otros bienes: atenta contra el consumo, dado que paraliza el comercio. La mejor forma de hacer contribuir a la gente que puede pagar cosas caras, es justamente, facilitándoles el proceso de compra, no encareciéndoselas donde se restringirán naturalmente. No ha de aumentar la recaudación, sino disminuirla (recordar a Lafer).
-Medidas puntuales “versus” la carne, el trigo, etc.: agravan los problemas como lo estamos viviendo.
-Digitación de importaciones: esto sólo puede armar lío. Economías mucho más grandes, con miles o millones de personas trabajando en la “planificación” han fracasado estrepitosamente: China,
Rusia, etc. Nosotros, con un grupo de funcionarios dispuestos a trabajar “7x24” ¿creemos que conseguiremos qué?
Confusión, problemas de abastecimiento, descontento popular, y por supuesto, menores exportaciones. De manual, pero no del medio: tomo I, página 1…
-Tasa de interés: aumentarla no generará mayor propensión al ahorro. Sí generará un alto crecimiento del costo de endeudamiento, sobre todo pymes, con el consiguiente acarreo recesivo. Si nos enfocamos en estos principios, un mayor ingreso de divisas, vía deuda “productiva” e inversiones, hará acortar la brecha cambiaria, y justamente, el permitir el libre desempeño de las empresas, logrará reponer el abastecimiento y el consumo se debería mantener en niveles ideales.
Se requiere además paciencia, las soluciones de largo plazo no son inmediatas, pero marcan un rumbo. Siempre cito que el “efecto suelo” fue inventado por Colin Chapman, de la escudería Lotus. Ganó dos campeonatos. Williams, lo perfeccionó y ganó seis…Pensemos en el país que necesita soluciones, donde la economía debería fluir acorde a las riquezas del mismo: podemos ser “El País” elegido para el éxito en breve plazo. Trabajemos todos en ese sentido.