—¡Divirtámonos! Los comediantes organizaron una mascarada parodiando la graduación de un médico. Tomemos parte en la farsa y que mi hermano tenga el papel principal.
—Demasiada burla.
—Más que burla, es ponernos a tono con sus chifladuras. Preparémonos.
Molière (1622-1673), de “El enfermo imaginario” (1673);Beraldo y Antonia hablan de Argón, interpretado por el propio autor, que en la cuarta función de la obra sufrió un ataque que lo mató en horas. Vestía un traje amarillo: de allí que ese color sea de mal agüero en el ambiente teatral.
Si pensamos que la Iglesia se tomó 359 años, cuatro meses y nueve días para rehabilitar a Galileo –condenado por blasfemia en 1633 por afirmar que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol–, tal vez tres semanas de idas y vueltas sea poco tiempo para que la Comisión Nosecuantodora que preside Armando Pérez decida de manera oficial si Atlético Tucumán tiene derecho a jugar la Copa Libertadores o si mejor define el cupo con Independiente, que negocia montado en su caballo de 24 ruedas, dirían Pappo y Lily Malone, la que maneja un camión.
La tabla del dos parece más fácil de resolver que ese dilema pero, en fin: así estamos. Don Armando llegó con el guiño del Gobierno pero ahora lo tiene a Daniel Angel Easy, primera espada de Defensores de Macri, como un Romeo debajo del balcón exigiéndole elecciones antes de fin de año. Uno teme un golpe de Estado, el otro necesita vender la mercadería. Urgente. Para eso, el ágil team perezista debe modificar el estatuto de AFA. En eso están, advierte, algo confusa, la bella doctora Cristinziano. En apenas tres meses han logrado un milagro: que el cine entero tosa al mismo tiempo.
La elección de Bauza fue el primer mal paso de comedia. Bielsa huyó, Simeone miró hacia otro lado y Sampaoli, goloso, quedó mal hasta con Sevilla, su club. Bauza, un tipo serio, era la mejor opción de lo que quedaba. Una vez en funciones, hizo lo que pudo. Y pudo poco.
Ni con Messi encontró el equipo; y sin él, todo fue de gris melancolía. Como verlo sentado en el programa de Niembro, tenso, como entregado frente a un hombre que resultó clave para aprobar su nombramiento, obligado a mirar a la cámara y prometer: “¡Vamos a traer la copa!”. En el dialecto preferido del entrevistador.
Mariano Grondona tuvo una idea parecida con De la Rúa, cuando le pidió que golpeara la mesa para demostrar energía y convicción. Para qué. Por suerte, Bauza no es De la Rúa, aunque the liberal Grondona y don Usina, sin ser almas gemelas, tienen bastante en común.
Pérez armó otra telenovela con la elección de los cuerpos técnicos para las selecciones juveniles. Ya es un estilo. Pidió carpetas con proyectos, imitando la mecánica que generó la exitosa gestión de José Pekerman. Pero, está visto, su comisión padece del síndrome de la gallina que huye. En perpetuo zigzag, va, viene, gira, recomienza, cacarea, se esconde y cuando nadie lo espera decide y sorprende.
Menos Stiuso, todos mandaron su carpetita. Menotti, Claudio Vivas, Apuzzo, Zanetti y Brindisi, Jorge Solari, Roberto Ayala, Fanesi, Batistuta y Ferraro, Micó, Chamot, Domenech… También el simpático colega Orestes Katorosz, la señora Marcela Zalazar y Caruso Lombardi, que vio luz, subió y propuso una selección vernácula, muy a su medida. Todos evaluados, dijeron, por las sabias miradas de don Mario Griguol, Oscar López, Ramón Cabrero, Carlos Aimar, Pancho Sá, y el aún joven Carlos Mac Allister, secretario de Deportes de la Nación. ¿Resultado? Un desastre.
Como Bauza no quiso delegar la coordinación general, muchos proyectos quedaron pedaleando en el aire. El de Francisco Ferraro, por ejemplo, quien fue elegido, sí, pero para dirigir el Sub 20. “No entendieron nada. Griguol me llamó y no lo podía creer. Ni abrieron la carpeta. Yo no dirijo más: iba a ser el coordinador, con Batistuta de director deportivo”. Gabriel Batistuta tampoco fue amable: “Acá hubo gente que no fue elegida por un proyecto. Esto fue un circo”.
Miguel Angel Micó, 70 años, con pasado en divisiones juveniles de Ferro, Lanús y Racing, fue designado para la Sub 17, la Sub 15 y la nueva Sub 13. Para la Sub 20 –¡oh sorpresa!– el elegido fue Claudio Ubeda, de olvidable interinato en Racing, entrenador de su Reserva y sin ninguna experiencia en juveniles. Ferraro jura: “El ni figuraba en mi proyecto, fue Salorio el que me acercó su nombre por las dudas, nada más”. Gerardo Salorio pasó a ser el preparador físico de Ubeda y Fernando Batista, otro nombre de la alfombra mágica de Ferraro, será su ayudante.
Por esos caprichos del destino, Fernando Marín, deconstructor de Fútbol para Todos, los tuvo a ambos como empleados de Blanquiceleste, la inolvidable gerenciadora de Racing. Ubeda era el capitán del equipo y Micó dirigía las inferiores. Bonito reencuentro. Ubeda, ya en funciones, hizo pública su primera convocatoria. Allí se destaca el nombre de Alexis Mac Allister, goleador de la Reserva de Argentinos y, con seguridad, tan crack o más que su papá, el funcionario.
La mayoría de los clubes, saqueados por dirigentes que han hecho del ascenso social una religión, necesitan más dinero, o estallan. Los grandes, más poder para librar la batalla que viene: el reparto de la torta del fútbol que, a partir de 2017, será pago o no será nada. ¿La promesa de gratuitad hasta 2019? Todo no se puede. Futbol gratis 0, Pobreza 0. Fin del partido.
Hay que adaptarse a este nuevo tiempo. ¿No hay fiestas a la vista y tenemos ganas de pasarlo bomba? Para eso inventamos –más mérito argentino para el mundo– los falsos casamientos. Novio falso, novia falsa, ceremonia falsa. Pero con baile, luces, ropa de gala, famosillos a porcentaje, comida y bebida reales. ¡Alegría para todos a mil pesitos por cabeza! Más barato que andar de safari por Africa.
Eso es vida, compatriotas, y no lo que les toca a los que quedan afuera.