Miguel Angel Pichetto parece no estar dispuesto a que la Justicia resuelva el problema de fondo que atraviesa el peronismo federal: la falta de un liderazgo en condiciones de dar por superado el de Cristina Fernández de Kirchner, asentado en la provincia de Buenos Aires. Clave para el éxito de cualquier proyecto electoral. Y donde no logran anclarse los aliados en esa región del jefe de los senadores del PJ.
Es lo que los lleva a depositar una expectativa desmedida en que la tarea que hasta ahora se les reveló ingrata pueda desarrollarse con cierta facilidad, si la ex presidenta es condenada con un eventual pedido de prisión. Suponen que pondría en crisis la alianza con los intendentes del PJ, reacios a aceptar de jefes a quienes carecen del poder territorial que ellos manejan. Y a cualquier experimento que ponga en riesgo conservarlo: el interés más concreto en las elecciones de 2019.
Cristina Kirchner es percibida como la garantía para eso.
Pichetto lo sabe. Es una de las razones del lanzamiento de su candidatura presidencial. Dejar claro el alto costo que está dispuesto a pagar para evitar que una sentencia laude en un conflicto político. Parece un guiño insuficiente hacia esos jefes comunales, a los que tampoco consiguen persuadir Sergio Massa y Diego Bossio. Pero sí necesario para saciar la urgencia de los gobernadores del PJ. Contar con candidato presidencial y otro en la Provincia mientras negocia con el Ejecutivo el nuevo Presupuesto.
Cristina y el peronismo bonaerense coinciden en aguardar con cautela el avance de la causa que investiga Claudio Bonadio sobre un aparente circuito de dinero negro entre funcionarios del Ministerio de Planificación Federal y empresarios ligados a la obra pública. Pero con supuesta terminal en la Casa Rosada, durante los gobiernos de Néstor y ella misma. De modo paradójico, es lo que mantiene en estado de indefinición a Massa e inquieta a Pichetto.
Con acuerdo de los intendentes, Felipe Solá pospone la salida del bloque que preside Graciela Camaño. Lo seguirían Facundo Moyano, Jorge Taboada, Fernando Asencio, Daniel Arroyo y Cecilia Moreau. A esos diputados bonaerenses les preocupa lo que Juan Germano, de Isonomía, detecta como el principal problema de Massa: la crisis de credibilidad en la opinión pública.
Solo 4 sobre un total de 21 miembros de esa bancada tienen mandato hasta 2021. Solá y Arroyo suman la mitad de ese selecto grupo al que no pertenece Camaño.
Predicciones. El presunto encarcelamiento de Cristina fue el argumento con el que Bossio intentó socorrer a Massa de la rebelión latente liderada por Solá y Moyano. El ex gobernador pretende ser el elegido por ella como candidato presidencial de su espacio. El optimismo del ex titular de la Anses podría ser disipado por un contexto político en estado gaseoso, donde es difícil predecir el curso de los acontecimientos.
Lo que pone en una disyuntiva a Rodolfo Canicoba Corral. Especialmente por las peripecias de Norberto Oyarbide. ¿Bastará renunciar a ser juez federal y eludir el juicio político que tramita el Consejo de la Magistratura por supuesto enriquecimiento ilícito para no ser investigado?
A Canicoba se le atribuye que Daniel Scioli designara titular de Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima (ABSA) a Guillermo Scarcella, el carismático profesor de tenis introducido a la vida social de la Justicia Federal por el ex magistrado Rodolfo Bagnasco.
Scarcella es sospechado de ser supuesto testaferro del ex gobernador bonaerense. Con la esperanza de suceder a Scioli, Bossio indicó a Martín Cervantes ser el enlace con Scarcella. El éxito logrado por el ex gerente de la Anses fue relativo. Scarcella fue vice en el primer mandato de Pablo Bossio, hermano de Diego, como presidente del club Ramón Santamarina de Tandil, de donde son originarios.
La pasión por los deportes parecería ser un rasgo común de Scarcella y Canicoba Corral. Pero también de José Luis Lingeri, dirigente sindical de AYSA. O es la impresión que retienen seguidores del Turismo Carretera que aseguran haberlos visto compartir conducción de vehículos en competencias de esa categoría.
Nada de esto parece alterar el curso trazado por el PJ. Sus autoridades se reunirán el día 22 para analizar la explosión de gas que costó la vida a dos personas en una escuela de Moreno. Pese al rechazo unánime que recoge entre sus pares, el intendente Walter Festa fue invitado como expositor. El Consejo Escolar de ese distrito está intervenido y con 6 de sus 8 miembros procesados por el desvío de fondos educativos y no poder probar en qué fueron utilizados.
La aparición de los cuadernos con la ruta de las coimas no figura en la agenda oficial de esa convocatoria. Algunos descreen de su existencia. “Si se encontraron los rollos del Antiguo Testamento en el Mar Muerto, cómo no van a aparecer, suponiendo que existan”, desafió Gustavo Menéndez, intendente de Merlo y titular del PJ. El peronismo se lamenta de haber llegado “tarde” a “los buenos modales” en la política que habría impuesto Cambiemos.
El episodio de Moreno podría ser un punto de inflexión en la relación de María Eugenia Vidal con el PJ bonaerense, al que podría volver a precisar en la Legislatura para sancionar el Presupuesto 2019. A menos que acuda solo a Massa. Lo que alimenta la desconfianza de los gobernadores del PJ. Es con lo que lidia Pichetto, sospechado por el kirchnerismo de estar detrás de la causa de los cuadernos con la supuesta finalidad de encarcelar a Cristina.
Tal vez este mediodía en Ensenada recoja otra rechifla similar a la del último Congreso del PJ en el microestadio de Ferrocarril Oeste. La mayoría de los intendentes del Conurbano asistirán al plenario “Hay 2019” del intendente ultra K Mario Secco, investigado judicialmente por el violento ingreso al recinto de los diputados bonaerenses en diciembre de 2017. El peronismo baila al ritmo de su propia música.