Difícil es saber por qué dejamos que algunos de nuestros grandes se vayan sin siquiera darles un adiós. ¿Será por mezquindad o ignorancia? ¿Será que en las redacciones ya no se leen los avisos fúnebres? Pasó que se fue cantando bajito Oscar Edgardo Vázquez Lucio. ¿Quién? “Siulnas”, gran dibujante de historietas e historiador del humor de nuestro país, autor de Historia del Humor Gráfico y Escrito en la Argentina, 1801-1985. Falleció a los 81 años el 2 de octubre en su casa en Morón. Hasta último momento seguía actualizando esa historia que se publicó por primera vez en 1987. Pocos días antes de su muerte, llegó a ver los dos volúmenes actualizados en la reimpresión facsimilar de Editorial Docencia, el sello de su amigo Víctor García Costa, máximo coleccionista de papelitos impresos a lo largo de la historia argentina. En las palabras finales del Vol. II (pág. 550 de las 640 de ese tomo) Siulnas señalaba “la imposibilidad de epilogar una obra que no termina”. En esas líneas pedía que todo interesado contribuya a seguir la labor de documentar el humor de nuestro país. Y terminaba esas páginas con un homenaje a los colegas fallecidos, Geno Díaz, Jauna(rena), Oski, Jordán de la Cazuela, Calé, Cognini (de Hortensia), y decenas más de colaboradores en revistas como Caras y Caretas, Humor, Tía Vicenta, María Belén, etc., etc.
Nacido en septiembre de 1932, Vázquez Lucio (Siulnas) publicó sus primeros dibujos a los 15 años en la revista Cascabel y pronto recogió aplausos de críticos como Ignacio Covarrubias, Bernardo Verbitsky y Córdoba Iturburu.
Estuvo en todos esos lugares famosos que hoy son recuerdos, como la revista El Hogar, Rico Tipo y Tía Vicenta, entre muchos otros títulos. Su historia termina diciendo, “quiero para mí esa última esperanza de que sirvamos para algo más que para engordar la tierra…” La obra suya respondía a esa esperanza.
*Periodista.
