La historia argentina recuerda al 20 de junio de 1820 como el Día de los Tres Gobernadores: en plena anarquía y durante las guerras civiles, Manuel Sarratea, Juan Balcarce e Ildefonso Ramos Mejía se autoproclamaron gobernadores de Buenos Aires. Obviamente, ninguno de ellos llegó a gobernar. Aquel fatídico 20 de junio, para colmo, murió Manuel Belgrano, y la noticia pasó desapercibida entre el caos político y administrativo.
Un solo periódico publicó algunas líneas sobre la desaparición de uno de los protagonistas de la Revolución de Mayo. Ciento ochenta y seis años después, la Provincia no parece haber cambiado demasiado, si tomamos en cuenta que todas las afirmaciones que siguen son estrictamente ciertas:
- El presidente Kirchner avala la candidatura de Felipe Solá para 2007.
- El presidente Kirchner avala la candidatura de José Pampuro para 2007.
- El presidente Kirchner avala la candidatura de Aníbal Fernández para 2007.
- El presidente Kirchner no descarta avalar una cuarta candidatura a la gobernación de Buenos Aires para 2007, quizá la de Alberto Balestrini.
El principio de identidad, uno de los pilares de la lógica, se ha derrumbado por el piso:
- “A ya no es igual a A.”
- “A puede ser igual a B.”
- “K es igual a A, B, C y D.”
La esposa presidencial, Cristina K, senadora por Buenos Aires (¿Lo habían olvidado?), es la única que no parece preocupada por el 40% del padrón electoral:
—¿Cristina? Está borrada –afirmó a PERFIL un ministro con la voz temblorosa, quien pidió al menos tres veces, casi en un ruego, que su nombre no trascienda–. Si no se metió antes en la Provincia, no se va a meter ahora, para perder. A lo sumo, hizo un par de llamados desde Nueva York por el tema López.
Ella no va a correr ningún costo político. Si le fue bien sin aparecer, ¿para qué va a aparecer ahora, después de López o de San Vicente?
La Provincia de Buenos Aires, según otra fuente del Gobierno, “antes era una plataforma presidencial y ahora es un entierro político: es imposible arreglarla”.
Buenos Aires se extiende en 307.571 kilómetros cuadrados y tiene unos quince millones de habitantes, de los cuales el 29,4% está debajo de la línea de pobreza y el 10,3% debajo del límite de la indigencia (según estadísticas del INDEC del primer semestre de este año). Aplicadas a los niños, las cifras apabullan: el 46% es pobre y el 52% indigente.
Sin contar los planes Trabajar, el Estado calcula el 11,3% de la población desocupada y el 13% subocupada. “Hay una falta total de gerenciamiento”, dice la fuente recurriendo a un concepto de los 90.
Durante la gestión de Duhalde, la Provincia recibió 680 millones de dólares por año extra –Presupuesto en el denominado Fondo del Conurbano.
Esos aportes sumaron 5.440 millones de dólares que nunca fueron controlados por el Parlamento provincial ni por auditoría alguna.
En un trabajo denominado “Provincia de Buenos Aires, diez paradojas de un endeudamiento irracional”, el dirigente del ARI Carlos Raimundi sostiene, en la “Paradoja 7: en los veinte años de administración justicialista, la Provincia pasó de tener 250.000 pobres –toda una tragedia– a los actuales ocho millones.
”No es casual: la pobreza es un negocio y una estrategia de perpetuación de estos dirigentes”.
En otro tramo, Raimundi recuerda que “parte sustancial del déficit lo explica el pasivo del Banco Provincia, por millonarios créditos incobrables otorgados a los amigos del poder (Gualtieri, Yoma, Soldati, Showcase, entre otros).
”En lugar de penarlos, la Provincia se hizo cargo mediante un fideicomiso que debe pagar cada bonaerense”. Según el house-organ Noticias de Economía, del Ministerio de Economía provincial, en el Presupuesto del corriente año Buenos Aires gastará 22.419 millones de pesos, de los cuales 799 millones corresponden a intereses de la deuda.
La Ley de Presupuesto 2006 autoriza al Gobierno a tomar nueva deuda por 2.500 millones de pesos y afrontar servicios de capital de deuda por 2.651 millones más, de los cuales 2.500 millones se financiarán con la deuda nueva, que a su vez generará otra deuda más.
Mas allá de las donaciones K entregadas a los intendentes cooptados por Alberto F, el Gobierno nacional financia diversas obras en la provincia por fuera del presupuesto regional: el Ejecutivo paga los 227 millones de pesos de saneamiento del río Reconquista, 50 millones del plan Agua + Trabajo en el GBA,100 millones en el Hospital El Cruce de Florencio Varela, 283 millones en escuelas, 88 millones en el aliviador arroyo Cildáñez de La Matanza, 24 millones en un similar en Vicente López,138 millones en el arroyo Unamuno de Lomas de Zamora y 252 millones en la readecuación del río Salado Inferior, entre otros emprendimientos. Quienes dentro del propio Gobierno están en contra de la reelección de Solá aseguran que la Provincia está en rojo, y que más del 60% de las obras en marcha se realizan con fondos del Gobierno nacional.
A CADA SANTO, UNA VELA
—El que se encarga de ver quién va en la Provincia soy yo, ¿se entiende? Y los dos siguen en carrera –dijo el presidente K ante la mirada ansiosa de Pampuro y Fernández–. Acá, ninguna candidatura está desactivada y quiero que los dos sigan trabajando como potenciales candidatos.
—Pero ¿y qué pasa con Felipe? –preguntó uno de los dos bendecidos.
—Lo de Felipe se tiene que definir por vía legal, y hay que esperar. Me lo pidió Felipe y yo me comprometí a esperarlo, pero él sabe que tiene tiempo hasta noviembre porque el plazo no puede estirarse mucho más. Yo no creo que salga, y necesitamos tiempo para imponerlos a ustedes dos como candidatos.
—Lo de Felipe no va a salir –terció, seco, Alberto F–, pero tenemos que buscarle una salida elegante.
El plazo octubre-noviembre, según informaron a PERFIL otras fuentes del Gobierno nacional, fue impuesto a Solá por el Presidente cuando viajaron a Venezuela para formalizar el ingreso de aquel país al Mercosur. En la reunión, también estaban Díaz Bancalari y Pampuro.
—Tenés hasta el 30 de octubre para conseguir el aval y poder ser reelecto –le dijo entonces K a Felipe–. Después de esa fecha, me busco otro.
La desaparición de Jorge Julio López y los incidentes de San Vicente atrasaron el último tramo del plan reeleccionista.
El propio Solá reconoció hace algunas semanas en una reunión con dirigentes provinciales:
—Mi reelección depende 50% de la política, 40% de póquer y 10% de la Justicia.
En el 7 East de la calle 54, entre Madison y Quinta Avenida, el nombre de Felipe Solá se escuchó en la mesa de los argentinos que dejaban toneladas de propina. Alberto F, Cristina K, Zannini, Pampuro, Díaz Bancalari, Balestrini y el presidente K degustaban sus platos de pasta de treinta dólares y especulaban sobre la desaparición de López, de la que acababan de enterarse. La conversación saltó luego a Solá y estaban por hablar de la interna provincial cuando el Presidente dijo:
—Quiero comer tranquilo. De la Provincia no se habla.
Cada uno se incorporó en su asiento, como niños después de un reto y el Presidente agregó:
—Para poder ganar en la Corte, Solá lo necesita a Duhalde. Ellos siempre se llevaron muy bien y son bastante amigos.
Una semana antes de la batalla de San Vicente, Duhalde y Solá tuvieron su segunda reunión del año.
Duhalde conserva aún algún ascendiente en la Corte y, sobre todo, una excelente relación con la procuradora María del Carmen Falbo, quien debe, desde su función, opinar sobre el asunto antes de que se eleve a los jueces. Duhalde le prometió a Felipe apoyarlo.
Una encuesta de Analogías conocida pocos días después dio cuenta de que el 52% de los bonaerenses estaría de acuerdo con otro mandato de Solá. Ante una eventual candidatura del ingeniero Juan Carlos Blumberg, Analogías evaluó que un 60% del público piensa que ganaría Solá.
¿QUE PARTE DE “NO” ES LA QUE NO SE ENTIENDE?
Los que todavía creen que el Presidente sólo apoya a Solá ven como un “inocultable gesto de adhesión” el hecho de que Alberto F gestione en persona la autorización para que Felipe hiciera su planteo a la Junta Electoral a través del Partido de la Victoria, sello kirchnerista que controla el senador Aldo San Pedro.
Las 49 páginas de la presentación ante la junta fueron escritas por León Arslanian, quien hoy se reconoce como el ideólogo y ejecutor de la Operación Re-Re.
El ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, y su equipo colaboraron con Arslanian y esa “mesa chica” completada, obviamente, por el propio Solá fue la que tendió una cortina de humo anunciando una presentación ante la Corte provincial.
Mientras los medios evaluaban la composición del tribunal y a quién podría responder cada ministro (incluso hubo cordiales visitas para presionar a Hilda Kogan, de extracción radical), el grupo Re-Re trabajaba en la presentación real ante la junta.
La Corte quedó descartada porque no cerraban los tiempos: debían presentarse ante un juzgado de primera instancia, esperar que pase a la Cámara y recién a la Corte.
Y la fecha límite de K aún se balancea sobre la cabeza de Felipe. El grupo, sin embargo, no se privó de especular con un hipotético resultado en la Corte: creen que quedarían 5 a 3, teniendo que enfrentar, entre los más duros, a Francisco Roncoroni (“Sobreactúa su independencia”, dicen), Luis Genoud (alineado con Díaz Bancalari) e Hilda Kogan.
Finalmente, pidieron una “declaración de certeza” a la Junta Electoral sobre el artículo 123 de la Constitución provincial incorporado en la reforma de 1994, que establece textualmente que “el gobernador y el vice pueden ser reelectos o sucederse recíprocamente por un nuevo período.
”Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sí con intervalo de un período”.
Solá y Arslanian lo interpretan así: el gobernador cumpliría el año próximo su primer mandato, ya que, cuando ocupó el cargo entre enero de 2002 y diciembre de 2003, lo hizo en reemplazo de Carlos Ruckauf, que renunció tras la crisis de 2001.
También creen que no hay reciprocidad porque primero fue vice de Ruckauf y luego gobernador con Giannettasio como vice. Hay quienes creen que, luego de analizar la presentación, la junta se excusará de opinar, ya que no se pronuncia sobre materias abstractas.
Para que la junta falle sobre el asunto, debería haber fecha cierta para las elecciones y un partido concreto que impulse la candidatura de Solá.
INVESTIGACION: JL / ROMINA MANGUEL / LUCIANA GEUNA