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Tanto espacio

Rafaelspregelburd150
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Para quien aprende una segunda lengua, la palabra “espacio” revela muy pronto sus múltiples sentidos. En inglés, por ejemplo, hay que elegir si toca decir “space” (como en el espacio exterior o en la barra espaciadora) o “room” (que es el espacio en el que puede caber una cosa). Que “room” quiera decir además “habitación” es un problema del inglés, que allí donde bifurca las cosas para ser claro, vuelve a apiñarlas en otro lado para volver a la confusión.

Hablando de espacio, es conmovedora la historia de Simon Berry. Este inglés tuvo en el año 1988 una idea inspirada. Descubrió tres hechos muy básicos y los combinó para pensar un plan: 1) Lo único que se puede comprar en todo lugar del mundo (por más remoto que sea) es una Coca Cola. 2) En muchos de esos sitios, uno de cada cinco niños muere antes de cumplir los cinco años por causas evitables. 3) Las cifras de mortalidad no han cambiado en treinta años, o sea que las iniciativas existentes no están sirviendo.

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Berry se pregunta cómo es posible que a esos espacios a los que no llegan medicinas muy básicas (y baratas) sí llega la Coca Cola. Así que estudió su distribución. Hasta cierto punto, los camiones son de la empresa y hacen su negocio. Pero casi siempre el último kilómetro –que es la clave para llegar a todas partes– es hecho a pie, en mula, camello, bicicleta modificada. Y Simon observó que en estos cajones –merced al diseño de las botellas– queda un “espacio” (“room”) de medio litro entre cada fila de botellas, unos dos litros y medio por cajón, que podría ser llenado con medicinas. Así que fundó una ONG (colalife.org) y diseñó una especie de sachet de primeros auxilios con sales rehidratantes, vitamina A, pastillas purificadoras de agua, etc., y empezó las tratativas para que, en algún punto de la distribución, Coca Cola le permitiera “traficarlas”.

El proyecto piloto empieza en Zambia. Pero Coca Cola aún no le da la autorización para este evento parásito. Berry no lo llama así, claro, porque quiere que le den el sí, y salvar vidas. Ojalá. Es tan absurdo que tiene que funcionar. Ya tuvieron suficiente tiempo, y espacio, desde 1988, como para aprobárselo.