COLUMNISTAS
REPERCUSIONES REPUBLICANAS

Triunfo gorila en los Estados Unidos

La ciudad de Nueva York amaneció empapelada con afiches de la revista 33th The-bate en los que figuraba la fotografía de un gigantesco King Kong alzando los brazos de un Barack Obama vencedor. “Triunfo gorila en los Estados Unidos”, anunciaba con letras de molde el enorme titular.

Iglesiasfernando150
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La ciudad de Nueva York amaneció empapelada con afiches de la revista 33th The-bate en los que figuraba la fotografía de un gigantesco King Kong alzando los brazos de un Barack Obama vencedor. “Triunfo gorila en los Estados Unidos”, anunciaba con letras de molde el enorme titular.
En sus primeras páginas, 33th The-bate reproducía explosivas afirmaciones del capitalista Albert Fernandes. “Manhattan quiere ser una isla y vivir separada del país. Miran a Europa. Por eso votan contra la América profunda que ayer, hoy y siempre será republicana”, afirmó Fernandes mientras intentaba, con gran dificultad, reproducir la R que identifica a su partido con los dedos índice y medio de su mano derecha.
Mister Fernandes amplió sus conceptos en declaraciones a 7NN: “Desde hace ocho años, los que perdieron las elecciones conspiraban infructuosamente para derrocar al presidente Bush. Le querían controlar el presupuesto y hasta le votaron en contra el rescate financiero que llevó al Congreso. Ahora han impedido que triunfara el cambio dentro del Partido Republicano que representaba McCain a pesar de nuestra magnífica consigna de campaña: ‘Sabemos lo que falta y sabemos dónde está, Sarah-McCain and vos’”.
Por su parte, mientras tocaba la campanita en Wall Street, el senador August Rozzi se lamentó: “Es todo culpa de esas horribles ciudades cosmopolitas que viven de los parasitarios servicios, llenas de una clase media gorila que piensa de espaldas al país y que jamás quiso aceptar a un presidente venido de una provincia petrolera del profundo sud, encarnación de los auténticos valores nacionales”.
Rozzi concluyó: “Defendiendo la intervención del Estado otorgamos generosos créditos subprime para vivienda popular y después socializamos la banca. Por eso sufrimos un golpe de mercado, el efecto jazz que nos tumbó con la ayuda de los apocalípticos de siempre. Ahora, con el triunfo gorila, volverán los liberales del Consenso de Washington que gobernaron el país en los años noventa, de la mano de Bill Clinton y sus ideas ortodoxas: moneda fuerte, inflación baja y superávit fiscal”.
“Han organizado un fraude patriótico por computadora”, se quejó el vocero presidencial Hannibal F. A su lado, el diputado Kankel, de Bell Aires County (California), agregaba: “Para impedir la repetición del fraude de Obama, que ha dejado sin empleo a miles de fiscales de reconocida honestidad, propondremos que en las legislativas de 2010 se use el sistema de boleta múltiple que tan buenos resultados da a nuestros amigos en Soudamérica”.
Desde un cuartel de bomberos de Bonnefield (San Vicente), el ex presidente de los Estados Unidos, Tony Soprano, declaró: “Ya les había dicho a los muchachos que este turno no era para nosotros. Ahora me voy con Coppola a filmar películas de tango y jugar al golf con Diegou”.
En tanto, medios oficiales dejaban filtrar en riguroso off la noticia de que el presidente Bush estaría preparando su renuncia o, en su defecto, tramando una venganza que –según las mismas fuentes– consistiría en lanzar a su esposa Barbara como candidata a la presidencia en la próxima campaña electoral.
Todo era desolación en los cuarteles republicanos, en los que los cuadros del partido murmuraban por lo bajo: “Ganaron. Está bien. Pero vamos a ver ahora cómo se las arregla ese inexperto muchacho que nunca desempeñó tareas ejecutivas con el sindicato de truck-drivers de Hugh Moggiano”. Otros, más empeñosos, se preocupaban ya por el eslogan de la campaña 2012. Hasta el momento, el preferido era: “A los Estados Unidos sólo los republicanos los pueden gobernar”.

*Autor de Kirchner y yo.