En la edición del domingo 15, el título principal de la tapa es engañoso porque no se corresponde con la nota que le da sustento. “Interpol desmiente a Timerman” fue el texto elegido por quien buscó sintetizar lo que se pretendía transmitir; pero lo hizo mal, contrariando reglas básicas de comprensión y credibilidad. Se aclara en la bajada: “‘Si regía el pacto con Irán, se suspendían las capturas’, dice ex jefe”; y el copete agrega que “el comisario inspector Luis Fuensalida estuvo al frente de la filial local entre 2003 y 2005, y revela en exclusiva a PERFIL por qué la implementación del memorándum tenía ese efecto”. La entrevista al policía Fuensalida, realizada por Hernán Dobry, ocupa las páginas 14 y 15 y es, sin dudas, muy reveladora en su intención de aclarar puntos vinculados con el fallido acuerdo con Irán, en particular los que se relacionan con las circulares rojas para la captura de cinco iraníes considerados parte de la operación que terminó con la voladura del edificio de la AMIA.
El problema no está en la nota sino en el título de la tapa: si el policía estuvo al frente de la oficina local de Interpol entre 2003 y 2005, no se le puede adjudicar hoy estar hablando en nombre del organismo internacional. Ergo: no es Interpol la que desmiente a Timerman sino un ex miembro de la fuerza que dejó de conducir la filial local hace ya diez años.
Las simplificaciones suelen ser peligrosas, y más cuando ocupan un espacio destacado en la tapa del diario.
Temerario. Así puede ser definido el exceso de confianza en el que incurrió el editor de la página 16, Internacionales, el domingo 15. Tituló: “Los israelíes se cansaron de la campaña del miedo de Netanyahu”, anticipando que “la oposición de centroizquierda podría superarlo el martes con el apoyo de los partidos árabes”.
Es peligroso para un medio jugarse por el resultado incierto de unas elecciones por desarrollarse dos días después. En este caso, el peligro se hizo fiasco: el premier israelí ganó los comicios, dejó en segundo lugar al candidato centroizquierdista de Unión Sionista y afirmó su poder, fundado en la derecha y –particularmente– en los sectores nacionalistas más recalcitrantes de Israel, a los que apeló, justamente, para lograr su triunfo.
No es sencillo encontrar un título que mantenga su atractivo cuando algo está irresuelto. La primera acepción de la RAE para el adjetivo temerario es “excesivamente imprudente, arrostrando peligros”.
Diatribas. Ya que estamos con el diccionario en mano, valga esta palabreja que calza con precisión para definir dos columnas de opinión publicadas en la edición de ayer. No suelo comentar estas piezas que responden a criterios personales de sus autores, pero las publicadas en las páginas 38 (como réplica a apreciaciones de Horacio Verbitsky incluidas en el libro El Perro, de Hernán López Echagüe) y 39 (sobre el acuerdo entre la UCR y el PRO) responden a la primera acepción de la RAE sobre el sustantivo diatriba: “Discurso o escrito violento e injurioso contra alguien o algo”. Cierto es que la Historia registra grandes cultores de la diatriba (Demóstenes, en Grecia, famoso por sus críticas feroces a Filipo, rey de Macedonia, y Cicerón, célebre por sus sentencias en el Senado romano contra el político Catilina). Pero la inclusión de textos de tanta agresividad (aunque vestida en un caso con bella filigrana literaria y en otro con humor de barricada) debería ser revisada por PERFIL, y más cuando los criticados/agredidos no pueden responder al mismo tiempo.
Geografía y turismo. Ayer se deslizó un grave error geográfico-histórico en la tapa y la doble página central del suplemento Turismo. Se dice en sendos copetes que Mahoma murió en Fez, Marruecos, pero ello ocurrió en el año 632 en la ciudad árabe saudita de Medina, tal como lo dice la buena nota de Analía Melgar. La autora hace un encantador recorrido por Fez, la tercera ciudad de Marruecos, deteniéndose en su medina, nombre dado (por extensión de aquel enclave saudita) a los barrios árabes antiguos en España y el norte de Africa.
Errata. El domingo 15, en el reportaje de Magdalena Ruiz Guiñazú publicado en el suplemento Domingo, se cometió un error: al referirse al ex líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, se lo mencionó reiteradamente como Bussi. En verdad, Antonio Domingo Bussi fue juzgado y condenado a prisión perpetua por sus violaciones a los derechos humanos en Tucumán y su zona de influencia durante la dictadura militar 1976-1983. Fue el jefe del llamado Operativo Independencia, condujo centros clandestinos de detención y exterminio, fue interventor militar en esa provincia y electo gobernador tras el regreso de la democracia. Murió cumpliendo reclusión perpetua..