La Colecta de Cáritas se enmarca en un momento importante en nuestro caminar como nación. El Bicentenario de la patria nos convoca a preguntarnos qué pasos nos faltan dar como sociedad, para que cada una de las personas que habitamos este bendito país, pueda vivir este aniversario como una verdadera celebración.
Si bien están en marcha procesos de asistencia que ayudan a paliar las necesidades más urgentes, es necesario fortalecer el camino del consenso y del diálogo, para revertir de manera estructural la dura realidad de miles de hermanos y hermanas, que no pueden acceder al derecho de vivir dignamente. Es esta una deuda que requiere del compromiso y la solidaridad de todos.
El lema “Construyamos juntos una patria sin excluidos” se fue elaborando durante meses con mucha reflexión compartida. Por eso, los invito a detenernos en cada término, para profundizar en el sentido del mensaje que queremos comunicar a toda la sociedad.
“Construyamos juntos…” habla de un nosotros, en primera persona del plural. No decimos “construyan ustedes”. Además, el modo subjuntivo en este caso expresa algo posible, probable, deseado. Construyamos unidos, no cada uno aisladamente, con sus solas fuerzas o a partir de sus propios intereses. Recordemos el dicho aquel que afirma: “El que sueña solo, sólo sueña. Los que sueñan juntos cambian la historia”.
“Construyamos juntos una patria…” Podríamos haber elegido otros términos: nación, país, república, etcétera. Patria, sin embargo, hace referencia no sólo a la configuración jurídica de un Estado, sino también a aspectos que nos tocan entrañablemente: la tierra en que nacimos, nuestros antepasados, lo que hemos heredado, el lugar en que crecemos. Ayuda, además, a querer recuperar la historia de muchos y muchas que, a lo largo de todo este tiempo, sumaron su aporte, su esfuerzo, su dedicación personal, grupal, institucional para construirla. Contamos con un valioso pasado que hemos de recordar y valorar. Pero, al mismo tiempo, señalamos que esta “casa” necesita seguir siendo edificada, pues aún carece de elementos fundamentales para poder decir que es hogar de todos y para todos.
“Construyamos juntos una patria sin excluidos.” Sabemos que en nuestra única Argentina conviven, sin embargo, muchas “Argentinas”, que a veces parecen no tocarse y que frecuentemente, se desconocen. A lo largo y ancho del país, encontramos mundos sumamente diferentes y distantes entre sí. Algunos, llenos de posibilidades y bienestar. Otros, padeciendo marginación y hacinamiento y fatigados en la dura lucha por la supervivencia cotidiana.
No podemos, como cristianos, como Iglesia, como Cáritas, como ciudadanos y ciudadanas, desentendernos del enorme desafío de construir conjuntamente la sociedad terrena y el reino de Dios. Ambos necesitan nuestro granito de arena para seguir creciendo. Porque el cielo comienza acá en la tierra cuando nos comprometemos trabajando por la justicia y la paz, cuando nos abrazamos a la verdad y procuramos el bien común, cuando podemos decir, hoy: nos empeñamos en lograr juntos una patria sin excluidos.
La exclusión es el dramático hecho de no tener un lugar en la sociedad, es pasar a ser como un sobrante o “desecho”, alguien invisible y que no cuenta. Una patria en la que sigue habiendo excluidos no es, ni puede ser nunca, una patria humana y fraterna.
En medio de un clima complejo, en el que las confrontaciones conviven con la celebración del Bicentenario de la patria y al que se le suma la creciente euforia por el inicio del campeonato Mundial de fútbol, la colecta anual se hace presente con un mensaje concreto para toda la sociedad.
No nos quedemos de brazos cruzados ni pretendamos que sean los demás quienes se ocupen de la realidad de todos. El 12 y 13 de junio, los invito a que conjuguemos siempre el verbo construir en primera persona del plural y así, “soñando juntos”, transformaremos la historia de nuestra querida patria.
*Obispo de Merlo-Moreno y presidente de Cáritas Argentina.