COLUMNISTAS

Voluntad y representación

¡Al fin terminamos con esto de las elecciones que nos tenía a todo el mundo hablando de lo mismo, que sí, que no, que a quién vas a votar, dale que dale!

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¡Al fin terminamos con esto de las elecciones que nos tenía a todo el mundo hablando de lo mismo, que sí, que no, que a quién vas a votar, dale que dale! Es que el club es muy prestigioso; quiero decir que tiene su fama bien ganada en el barrio: medio mundo es socio y aunque todos queremos lo mejor siempre hay diferencias de opinión.

Imagínese, en tantos años de vida siempre se ha mantenido incólume como dice el Turco Darobi. Se llama Club Social y Deportivo Voluntad y Representación. El nombre lo eligieron cuando lo fundaron por los cuarenta después de pelear mucho y que ganara la opinión del maestro que era José Marotti que fue el que dijo que ése era el nombre de un libro que había escrito un sabio de la antigüedad y que además era muy adecuado porque voluntad no le faltaba a nadie y representaba a todos los habitantes del barrio y a la gente de buena voluntad que quisiera arrimarse y hacerse socia.

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Y claro, no es broma eso de tener que votar para renovar la mitad de la Comisión Directiva de un club tan antiguo y tan influyente y que ofrece tantas actividades variadas. Y encima está el asunto de la presidencia que va a ser peor que esto de elegir a algunos. Como que la presidenta es ahora la señora esposa del que fue presidente antes y con eso se armó un barullo que ni le cuento porque hubo quienes dijeron que los estamentos, digo los estatutos del club no permitían que un presidente le pasara la presidencia a su señora esposa. Hasta hubo que hacer una asamblea general de socios, con eso le digo todo y se resolvió que sí. Pero eso va a ser para de acá a dos años más o menos, creo y mientras son como presidentes los dos.

Lo que había que elegir era vicepresidente, secretario general, secretario de actas y tres vocales. Que es mucho más que un presidente, dicen muchos. Otros dicen que no, que un presidente es más que los otros miembros de la Comisión Directiva todos juntos.

Sea como sea, las campañas fueron muy bochincheras; fuertes, no sé si me explico. Se sacaron chispas. En fin, no sé si chispas pero se sacaron los trapitos al sol. Hasta hubo insultos de todas partes, eso sí y se puede decir que nadie se quedó callado. Porque había tres listas y para elegir los nombres de las listas también hubo lío. Se había propuesto: Renovación y Cambio, una; Rectitud y Honestidad, dos; y Orden y Transparencia, tres. Ahí ya empezaron los candidatos a decirse cosas. Unos hablaban de terremotos y caos; otros de latrocinios que quiere decir robar y de chanchullos; y otros de desprolijidad y chicanas y hasta hubo quienes dijeron no sé qué de apocalipsis que quiere decir el fin del mundo, vea qué cosa exagerada. ¿Qué cómo se solucionó lo de las listas? Muy fácil. El Tano Girardi y Mangucho Sosa dijeron que cada lista tuviera, no un nombre sino un color. Listo el pollo. Hubo una lista Amarilla, otra Celeste y otra Verde. Hasta último momento estuvieron peleando las tres. La parte de la Juventud que en el club se llama Esperanza hizo de encuestadora, y hay que decir que no servían para nada porque todas las encuestas que hacían daban resultados diferentes, mezclados, confusos, qué sé yo, y encima se acusaban unos a otros de que falsificaban las cifras para favorecer a la presidenta de ahora. Vamos a ver qué pasa cuando elijamos al presidente que venga después, con todos los trastornos que hubo en estas elecciones. Usted no me va a creer pero hay quienes dicen que todo eso es saludable porque significa que todas las opiniones tienen lugar y se puede discutir y no estar de acuerdo. A lo mejor tienen razón pero sería bueno que discutieran con un poco más de sensatez y de respeto por los de las otras listas. Mire los ingleses cómo son de educados y no es que yo no crea que las Malvinas son argentinas. Y mire que hasta los españoles que son tan charlatanes ahora se han vuelto finolis y se tratan de “mi respetado contrincante” y así. Nosotros, que somos un club de barrio y a mucha honra, tendríamos que aprender un poco de ellos.

Pero la cosa es que se terminó este incordio de las elecciones y vea lo que son los resultados colaterales como dicen prospectos de los remedios: ahora renunciaron varios de los de la Comisión Directiva que hay que renovar. No le voy a decir que está mal, al contrario, está bien: no eran santos de mi devoción. Veremos quiénes los van a reemplazar hasta que tomen su lugar los que elegimos. ¿Que qué tal son los que elegimos? Se verá: en la cancha se ven los pingos, decía mi abuelito. Habrá que verlos galopar y si en vez de pecharse unos a otros trabajan para que haya una buena carrera.