CORONAVIRUS
nutricionistas

Somos esenciales

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| Cedoc

En estos últimos meses, se han mencionado como esenciales a muchos profesionales de la salud que atienden personas con Covid-19, entre ellos enfermeros, médicos, kinesiólogos. Pero no han señalado a los licenciados en Nutrición como parte del equipo de profesionales que trabaja para recuperar la salud de las personas.

En las instituciones sanitarias, los licenciados en Nutrición tienen la gran responsabilidad de alimentar a los pacientes internados, y esto implica participar del proceso de tratamiento, recuperación y rehabilitación de los enfermos a través de los alimentos. Siempre intentando respetar las individualidades de cada persona: gustos, hábitos, creencias religiosas que involucran alimentos, situaciones físicas (como la capacidad para masticar) y, también, considerando los deseos y antojos de ciertos alimentos, haciendo más apacible la situación vulnerable que están atravesando.

La malnutrición hospitalaria es una situación que preocupa a todos los especialistas en Nutrición del mundo. En Argentina, más del 45% de las personas internadas sufren malnutrición hospitalaria (Correia MI y col, 2016). Además, se estima que esta condición aumenta a medida que se incrementan los días de internación, siendo más grave en los adultos mayores, personas con enfermedades que requieren cuidados críticos, cirugías mayores -especialmente las gastrointestinales- y pacientes con enfermedades degenerativas como cáncer, infección por VIH, cirrosis, enfermedades neurológicas, entre otras.

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Somos responsables, además, de la optimización presupuestaria en la compra de alimentos, tanto en políticas gubernamentales como en acciones de grupos comunitarios, de familias y personas individuales; con el objetivo de asegurar las cualidades nutricionales que ayuden a garantizar la salud.

Ya sea en municipios, centros de salud y/o consultorios, los nutricionistas trabajamos junto a las personas para adecuar las guías alimentarias argentinas y orientarlas, no solo en la compra de alimentos, sino también en las preparaciones y modos de cocción que ahorren tiempo y, consecuentemente, recursos.

En momentos como los actuales, algunas familias deben restringir su alimentación para ahorrar dinero que les permita afrontar otros gastos.

Para el segundo semestre de 2019, el Indec informó que un 8% de los habitantes que residen en los aglomerados urbanos de Argentina eran indigentes (2.236.739 personas), es decir, que no alcanzan a cubrir la canasta básica alimentaria constituida por el grupo de alimentos mayormente consumido en nuestros hogares.

Según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, esta cifra ha aumentado, en las condiciones de aislamiento social, preventivo y obligatorio que estamos vivenciando en las grandes ciudades debido al Covid-19.

Son momentos confusos para la sociedad, en donde predomina la sobreinformación en relación a los alimentos, la alimentación y la nutrición. En este sentido, los nutricionistas tenemos como responsabilidad la divulgación de los resultados y conclusiones, que nos ofrece la ciencia de la alimentación, de modo tal que sea comprensible para toda la comunidad. Y esto no significa opinar, sino informar y comunicar sin interponer practicas personales en los mensajes que transmitimos.

La Nutrición es una ciencia, con aplicación individual y social, que debe ser comprendida en su totalidad para interpretarla y transferirla. Resaltar su esencialidad y la de sus profesionales, es también contribuir en el avance hacia una calidad de vida que promueva la salud de toda la sociedad.

*Directora de la carrera de Nutrición de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.