CULTURA
Critica

Cambio de escenarios

Están los que muestran su virilidad a través del delito y las armas, están los más tranquilos que solo se conforman con poder tener una casa y una familia, están los que no soportan que la felicidad los invada y se consumen en la angustia.

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OLGUIN. En 2014 recibió el Premio Konex como uno de los cinco mejores novelistas del período 2011-2013. | CEDOC.






Con su particular y desanudada narrativa Sergio Olguín, después de veinte años, vuelve a vestirse de cuentista –aunque nunca haya dejado de serlo– y le da vida a Todos los hombres son iguales. Once cuentos que de manera escondida parecen preguntarse si efectivamente los hombres son todos iguales. Al leer estas historias de amigos que se encuentran después de años de aventurarse en el delito, de hermanos que se desviven por un padre que los abandona y hacen todo lo que esté a su alcance para que esté bien, de un barrabrava que es confundido con Maradona en Japón –o historias, como las del final, que se hunden hasta el fondo en la vergüenza y la desdicha de una relación padre e hijo–, el título del libro, más que asegurar que todos los hombres son iguales, lo único que hace es advertir que esa es una frase trillada.

En estos once cuentos, ordenados como si fueran para un disco de música, los hombres no son todos iguales. Los hay para todos los gustos. Algunos más machos y otros simplemente varones. Están los que muestran su virilidad a través del delito y las armas, están los más tranquilos que solo se conforman con poder tener una casa y una familia, están los que no soportan que la felicidad los invada y se consumen en la angustia de pensar que el paso del tiempo es una máquina imparable que, como una ola gigante de película yanqui, lo arrasa todo y no deja ni rastro de su paso por este mundo. Los hay como en Recetas, donde un hijo que detesta a su padre no sabe cómo decírselo y tan solo se deja ningunear, esperando que la vida haga su trabajo.

“Estaba furioso por esa maldita costumbre de creerse superior, el hombre que todo lo sabía hacer. Tenía ganas de gritarle que en vez de preocuparse por un asado se hubiera preocupado por sus hijos cuando nos abandonó”, se lee sobre el final de Recetas. En este cuento, Olguín ensaya lo autobiográfico como recurso para poder mostrar la falta de afecto y en donde aplica su cuota de buen narrador para que la ficción –como pasa en casi todos los cuentos que componen este libro– se adueñe de cualquier espacio de aburrimiento que pueda advertirse por parte del lector y quede prendido a cada línea. Todos los hombres… va y viene y se ocupa de mostrar la diversidad de mundos que se arman en pequeños espacios. El autor de la saga policial de Verónica Rosenthal, con la habilidad de un cineasta, sabe mostrar escenarios que pueden ir desde el conurbano bonaerense, pasar por la costa atlántica y terminar en Japón.

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El escritor, guionista, periodista, editor y tanto más, responsable de revistas como V de Vian, con la que a los inicios de los años 90 disputó acalorados debates contra los “babélicos” y todo lo que estuvo cercano a lo académico, o de revistas como La mujer de mi vida, con estos cuentos que publicó en Tusquets deja en claro su sello de calidad también como cuentista. A pesar de su alejamiento por bastante tiempo de esta casa creativa que sabe dar refugio a las ideas de tranco corto, supo volver a ese primer amor que lo vio crecer con Las griegas (1998) y empezar a hacer carrera como escritor.

De todas maneras Sergio Olguín, a pesar de esta “ausencia editorial” por la no publicación de cuentos, nunca dejó de escribirlos, y parte de este libro es el resultado de eso. “Algunos cuentos ya habían sido escritos para antologías o a pedido de revistas. Pero gran parte es un conjunto de cuentos nuevos, escritos especialmente para el libro. El armado del libro sí lo hice pensando en un todo. El libro no responde a un tema homogéneo o a un tono en común. Hay cuentos dramáticos y otros más humorísticos”, detalló en una entrevista a BAE al tiempo de su publicación.

 

Los hombres son todos iguales

Autor: Sergio Olguín
Género: cuentos
Otras obras del autor: Las griegas; Lanús; Springfield, Las extranjeras; 1982; No hay amores felices; La fragilidad de los cuerpos; Oscura monótona sangre; Filo  
Editorial: Tusquets, $ 605